Jamás hubiera pensado que algún día finalizaría mi idilio con la televisión, que me convertiría en uno de esos tipos que no dispone de tiempo material de verla, y en vez de exhibir las razones de los intelectuales clásicos (que el 99% de lo emitido es nítidamente basura), habría de recurrir a la excusa menestral de que ahora tengo otros vicios, acaso peores, que monopolizan mis momentos de ocio. Entre ellos no se cuenta actualizar este blog, eso ya lo han visto, y por no alargarnos con la presentación vamos directamente al grano, que ustedes pueden adquirir ya en su librería favorita (y si no lo encuentran allí, ¿por qué la consideran su favorita?) una bonita historia de la televisión contada por sus protagonistas que se titula ‘Religión catódica’ y han escrito las compañeras de mí mismo y de ustedes Yolanda Veiga e Isabel Ibáñez, cabezas privilegiadas durante mucho tiempo de la sección dedicada por EL CORREO a la caja que no es tan tonta. Entre sus páginas encontrarán un puñado de recuerdos indelebles como la cara de Arias Navarro anunciando la muerte de Franco y refrescarán otros que se quedaron por ahí colgando (ese programa… ¿cómo se llamaba?) y a un puñado de profesionales que todavía obligan a desviar la mirada del ordenador cuando aparecen en la pequeña pantalla, prodigándose más o menos, como Antonio Gasset, el de las geniales entradillas de ‘Días de cine’, mi favorito junto a Juan Claudio Cifuentes ‘Cifu’, el mítico locutor de ‘Jazz entre amigos’, que en los coloquios que dieron origen a ‘Religión catódica’ en el madrileño Café de Oriente se definía a sí mismo como “el Jiménez del Oso del jazz”. JA JA JA JA