El otro día aludían en Jenesaispop a algo que me llama la atención desde hace mucho tiempo: ¿por qué a las cadenas de televisión les gusta tanto utilizar la música, digamos, alternativa como guarnición y, en cambio, la desprecian como plato principal? Siéntense a ver cualquier programa con reportajillos breves -desde los corazones otoñales hasta los resúmenes deportivos- y escucharán un auténtico hit parade paralelo, en el que suena gente como Morrissey, la aquí retratada M.I.A. o The Rapture, por mencionar tres ejemplos sacados de mi experiencia como espectador sin reparos. En cambio, si se atreven, enchúfense a OT o similares y se encontrarán en el páramo de siempre, entre la escarlatinidad y Kiss FM, o aventúrense en cualquier gala extraordinaria y les atacarán hembras andaluzas de rompe y rasga y artistas paleozoicos. ¿Creen que al público sólo le gusta lo moderno como fondo? Y, lo que es peor, ¿al público sólo le gusta lo moderno como fondo?