“Hoy por hoy hasta tu padre es friki”, protestaba nuestro gurú José Viruete cuando enumeraba el friquismo entre los asuntos más quemados ya el verano pasado (otro era los blogs, sobre lo cual pasamos silbando). “Todo el mundo gusta de catalogarse de friki, llevando la etiqueta con orgullo”, denunciaba nuestro Zola. Sus peores previsiones se cumplieron al establecerse el así llamado Día del Orgullo Friki, que uno se hubiera tomado como una especie de broma a lo Iker Jiménez de no haber sido sancionado por periódicos de tirada nacional. En lo que va de un año a otro la entidad de ahorro alavesa Caja Vital se ha sumado a la freaxploitation con una simpática promoción de su tarjeta juvenil. “Compra una motosierra con tu TLKJ y podrás acabar con todos los zombies de un pueblo de Alabama”. Aunque el tipo del anuncio es clavadito al lingüista Noam Chomsky, el trabajo conceptual remite a una película fundacional del friquismo, ‘Posesión infernal’, de Sam Raimi. Su protagonista, Ash (el actor fetiche de Raimi, Bruce Campbell), que trabaja como dependiente en los típicos almacenes del Medio Oeste americano, se enfrenta a las hordas del mal en una cabaña aislada en mitad del bosque armado con un rifle y una sierra mecánica.