¿Para qué sirven los Grammy? Sobre todo, para justificar la atención desmedida que los medios prestan a los artistas elegidos por la industria frente a otros, de similar o superior valía pero peor relacionados. Sería interesante llevar cuenta de las veces que se mencionan estos premios en los programas del corazón: que fulanita, ganadora de tres grammies, ha ido al supermercado hecha unos zorros; que el rapero mengano, triunfador de la última edición, ha sido detenido con cuatro pistolas y un subfusil, e incluso que el popular guitarrista latino zutano ha sacado su enésimo disco de canciones todas iguales, porque el hecho de haber recibido el galardón da pie a dedicar minutos a esta gente hasta por razones artísticas. Luego están los veteranos periodistas musicales a los que se les llena la boca de grammies para disimular que sólo conocen cuatro nombres y que, si les sacas de la cuadra multinacional, no saben ni por dónde les da el aire. Y poco más, porque, para colmo, el enfoque marcadamente estadounidense del asunto distorsiona de forma disparatada la importancia real de algunos intérpretes en el resto del mundo: ¿alguien se ha molestado en buscar cuántos discos venden en España todos esos cantantes aburridísimos de ritmanblús urbano?
Los Premios de la Música españoles, o Premios Amiguete, o como diablos se llamen, resultan aún más grotescos si se valoran con criterios artísticos, pero es que simplemente no hay que hacerlo: son unos galardones que la industria se da a sí misma, un autohomenaje de esos contables sin gusto que parecen manejar el mundo discográfico -y el de los derechos de autor, claro- en este país que tan poca importancia da a la música. Lo mejor es ignorarlos, como ignoras la fiesta de cumpleaños de un vecino al que no tratas. Dicho todo esto, he estado leyendo entre bostezos la página de los Grammy y me ha asombrado encontrar en la inacabable lista de nominados (no se me alboroten los puristas de la lengua, que ya se puede decir así) a gente tan inesperada como LCD Soundsystem, Kraftwerk, Ministry, Rammstein, Kitaro (¿todavía graba este hombre, al que vemos en la foto?), Molotov, Burning Spear, Kronos Quartet & Asha Bhosle (uno de mis discos favoritos del año pasado), Meat Beat Manifesto o Death Cab For Cutie. Y hay más motivos para la esperanza: en la gala de hoy actuarán juntos Gorillaz y Madonna, como si fuese una de esas pelis que mezclan dibujos e imagen real, y creo que esta vez no está anunciado el popular guitarrista latino zutano.
Actualizado: enhorabuena por los cinco grammies a todos esos fans de U2 que nos leen con tanto cariño. Y ya tiene narices: de los diez artistas que me habían llamado la atención, ni uno solo se ha llevado premio. ¡Perdedores!