Se acabó el gas. O esa sensación da un Athletic que sólo ha logrado 4 de los últimos 21 puntos en juego. Si alguna de las múltiples oportunidades de que dispuso el Athletic en la segunda mitad hubieran acabado en gol, ahora estaríamos hablando de otra historia. Pero eso es ya fútbol-ficción.

Ayer, en San Mamés, el equipo de Caparrós luchó con ahínco ante un Villarreal con oficio que le dejaba constantemente en fuera de juego (también literalmente). Cómo le cuesta a los nuestros plantar cara a los equipos que se sienten cómo dos jugando r´paido y moviendo la pelota al primer toque. También se echa en falta a Toquero, más aún cuando Llorente no brilla especialmente.

La buena noticia es que seguimos en puestos europeos, con 42 puntos bien ganados y aspiraciones europeas que deberíamos confirmar en los próximos partidos. La Champions, que siempre pensé que era un objetivo excesivo para este equipo, se aleja definitivamente. Tranquilidad. No es nuestra guerra. Pero jugar un poquito mejor al fútbol sí debería preocuparnos a todos.