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Ángel Lázaro

El cascarrabias

¿Los trabajadores del metro como los controladores?

Dicen los entendidos que si en este momento se preguntara a todos los habitantes de este país por el gremio menos apreciado, la unanimidad sería la nota a destacar. Hasta hace bien poco, el papel de ‘villano’ lo ocupaba la SGAE. Pero desde la ‘semana del puente’ de diciembre todos a una claman contra los controladores. Tan es así que los componentes de este sector parecen haber aprendido la lección y han firmado un escrito en el que aseguran que no lo volverán a hacer (Bueno Blanco no se lo cree, pero este es otro asunto).

Al paso que vamos, Bilbao y sus municipios próximos van a tener su propia lista de ‘villanos’: los empleados del metro que se han propuesto tocar las narices al personal con los paros de Navidad, en especial con los que afectan a Santo Tomás. Y eso no va ser perdonado por los usuarios de este transporte.

Hasta hace bien poco el metro conseguía una de las valoraciones más altas de los vizcaínos cada vez que debíamos participar en una encuesta de calidad de los servicios. Pero en los últimos meses la cosa comienza a cambiar, e incluso la tendencia ha dado un giro contrario. Y de no resolverse el conflicto con el que se nos amenaza estos días, me temo que la nota va a ir a peor.

Los trabajadores del metro han convocado paros el martes de Santo Tomás, el miércoles, el jueves y durante el día de Nochebuena, tal y como publica hoy este periódico. El impacto de la huelga se dejará sentir especialmente en Santo Tomás. El transporte más utilizado de Euskadi vivirá ese día una situación caótica, ya que la capital vizcaína bulle de actividad con motivo del tradicional mercado navideño. Los gestores de Metro Bilbao no ocultaron ayer su preocupación por este motivo. «No podremos dar un servicio adecuado», advirtieron. El año pasado, el ferrocarril subterráneo marcó un récord histórico, con un total de 380.118 pasajeros, en su mayoría viajeros que regresaban a casa o que se dirigían a la feria instalada en el Casco Viejo. En aquel entonces se reforzaron las unidades en funcionamiento en un 12%.

«Ésta no es una lucha entre una presidencia y los trabajadores porque no hay discusión económica, ni ningún convenio alterado, ni ampliación de horarios laborales, por lo tanto no estamos ante un conflicto laboral», advirtió el presidente de Metro Bilbao, Ernesto Gasco. «Eso me lleva también a haber encargado a los abogados de la compañía que planteen ante los tribunales la posibilidad de la ilegalidad de la huelga convocada, ya que queda claro que, una vez conocido el contenido del acto de mediación y su rechazo por parte de las centrales, los paros son manifiestamente ilegales».

No se puede decretar el estado de alarma en Euskadi. Pero sí apelar al sentido común de loas centrales sindicales y de los trabajadores. ¿De verdad que no hay solución posible en este conflicto? ¿De verdad que da igual que el servicio empeore y crean que no les va a acabar afectando? Estén seguros y convencidos de una cosa. Si el Metro sigue por este derrotero, los que más acabarán sufriendo serán los propios trabajadores. No hay transporte del mundo que aguante un pulso frente a los ciudadanos. Y si no que se lo pregunten a los controladores.

(Y a los seguidores de cascarrabias… que me perdonen por tantos días sin publicar, pero me ha sido imposible. Prometo enmendarme.)

Por Ángel Lázaro

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