La frase que encabeza este post no es mía. Hay que atribuírsela a los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez. Ambos líderes sindicales dijeron ayer que la huelga general será “un huelgón” y que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero debería tomar nota del éxito que el paro general ha tenido en Francia. Y, la verdad, me parece un disparate.

No se me amontonen, que ya estoy viendo a muchos de los que leen este blog criticarme porque creen que defiendo a Zapatero. Déjenme explicarme. A estas alturas de la vida el cacascarrabias ha aprendido a distinguir entre España y los demás. Y mucho más cuando se trata de Francia. ¡Dónde vamos a parar!

Las huelgas en Francia se organizan y se ganan. Al menos, en la calle. La fuerza sindical es aún muy importante. No solo consiguen movilizar a los trabajadores (cientos de miles de personas se manifestaron contra el retraso en la edad de jubilación en las ciudades más importantes de Francia), sino que cierren hasta los periódicos (Le Monde no salió ayer a la calle). Algo impensable en este país.

Las centrales sindicales españolas intentan movilizar a los trabajadores españoles, algo apáticos ante la convocatoria de huelga prevista para el 29 de septiembre. Toxo asegura que, a medida que los ciudadanos conocen las causas de su convocatoria crece la indignación, por lo que la huelga será “un huelgón”. Méndez dijo que Zapatero debería tomar nota del éxito de la huelga general que “le han convocado” al presidente francés, Nicolás Sarkozy, y añadió que el 64% de los votantes del PSOE cree que la huelga es justa.

Pero en el sentir general de la población, no parece que existen muchas ganas de apoyar la jornada de huelga. A tenor de los informes que se están publicando estos días, a tres semanas escasas del ‘día H’, más del 60% de los trabajadores no está dispuesto a secundar la convocatoria. De ahí que los dos secretarios generales redoblen sus esfuerzos para sumar más trabajadores a su causa. Porque en el pulso que le han echado al Gobierno de Zapatero, al que acusan de fomentar “el recorte más lesivo de la democracia”, no pueden dejar demasiados pelos en la gatera.

Y de momento no hay mucha seguridad en que le puedan obligar a cambiar el paso. Aunque no pierden la esperanza, de ahí que le hayan pedido que se mire en el espejo francés. Por cierto, Sarkozy no ha cambiado de opinión pese al razonable éxito de la convocatoria sindical. ¿Lo haría Zapatero si la huelga es un éxito?