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Ángel Lázaro

El cascarrabias

Garzón, cada día más cerca del banquillo

Probablemente el caso tendrá justificación legal, pero en la calle es ininteligible. No es la primera vez (y me temo que no será la única) que una decisión de los jueces pasa por la incomprensión del gran público. Legos en materia legal, pero no estúpidos. Y de verdad que estamos a las puertas de llamar la atención del mundo entero, si finalmente se logra sentar a Baltasar Garzón en el banquillo de los acusados.

La Comisión Permanente del CGPJ ha acordado por unanimidad pedir un informe a la Fiscalía sobre si procede suspender cautelarmente en sus funciones al juez Baltasar Garzón. La decisión se ha tomado después de recibir las dos últimas resoluciones del Tribunal Supremo sobre Garzón: el auto en el que el magistrado Luciano Varela confirma los indicios de que pudo incurrir en prevaricación al tramitar las diligencias por las desapariciones del franquismo y la resolución en la que la Sala Penal le abre un nuevo proceso por prevaricación y cohecho en relación al dinero que solicitó y obtuvo del Banco Santander para que le financiara sus actividades en Nueva York.

Hay quien asegura que bajo estas premisas no debe consentirse ni un día más la presencia del juez en ningún proceso, no vaya a contaminarlo con sus imputaciones. La mayor parte de la gente no tiene opinión formada sobre la segunda de las acusaciones, la obtención de prebendas, pero tiene muy claro lo que piensa de los crímenes del franquismo.

Nadie entendería que se procesara a los jueces de Nuremberg por llevar a los criminales nazis a comparecer ante la Justicia. Y es incomprensible que una causa justa (juzgar los crímenes del franquismo) acabe finalmente con el superjuez español. Este ha recibido el apoyo de la mayor parte de sus colegas del mundo entero, pero en España hay compañeros de toga que no le quieren. Y no solo por aquello de profeta en su tierra.

Los detractores de Garzón le acusan de mantener excesivo protagonismo en las causas que abre, lo que en mi ignorancia no parece causa suficiente para ’empapelarle’. Y desde ese mismo desconocimiento me permito opinar sobre su supuesto procesamiento por la forma en que ha tramitado las desapariciones del franquismo. Esos mismos detractores dicen que se ha saltado la ley que como juez está más que obligado a defender. No lo sé; diría casi que no me importa.

¿Se imaginan los titulares en la prensa extranjera? España procesa a Garzón por depurar los crímenes del franquismo (quédense con la idea, no con la literalidad). No lo iban a entender, como no lo entendemos miles de personas que defendemos que es hora ya de que salgan a la luz las tropelías de aquellos años. Y que se juzgue y condene a los culpables. Yeso no es revanchismo. Las familias de las víctimas tienen derecho a saber dónde reposan los huesos de sus allegados fusilados de madrugada en cualquier rincón del camino. Y los políticos la obligación moral de acabar con la impunidad.

La transición no ha culminado. Estamos a punto, pero aún faltan flecos. Y uno de ellos es el de conseguir que todos los familiares de los fusilados en aquellos fatídicos años encuentren finalmente el descanso que se merecen. No solo por acallar las conciencias, sino por cumplir con la Justicia. Y Garzón ah sido un eslabón decisivo para contribuir a esta causa. ¿Es eso delito?

Por Ángel Lázaro

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febrero 2010
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