Ya le han liquidado. Aún no hemos llegado al ecuador de su segunda legislatura y ya hay quien apuesta porque Zapatero no va ser el candidato del PSOE en las próximas elecciones. Comicios en los que Mariano Rajoy puede superar a su contrincante socialista, según se empeñan en cantar todos los sondeos que se publican en nuestro país. Y el ‘Financial Times’ mantiene una continua burla impresa sobre los planes del presidente español, como dando por acabada su continuidad en la política.
¿Hay algo de cierto? Sin conocer de primera mano lo que piensa el jefe del Ejecutivo (no tengo hilo directo, lástima), estoy convencido de que el debate que alguien se ha empeñado en abrir antes de tiempo, no va a mediatizar a Zapatero porque tiene bien claro cuál es su futuro. Sin ánimo de encender la bola de cristal, mucho me temo que el presidente va a volver a ser el candidato de los socialistas para las elecciones de 2012, porque no les queda otra.
Es verdad que no está en su mejor momento. Cierto como la vida misma que su popularidad ha declinado. Reconocido que su ‘baraka’ parece haberle abandonado. ¿Está ya muerto entonces como animal político? Mucho me temo que no. Que tiene cuerda para rato.
No sé si es un debate interesado o no, pero lo cierto es que las voces que se han levantado estos días asegurando que nadie discute, hoy por hoy, sobre la retirada de Zapatero, no han caído en saco roto. Y al otro lado, se frotan las manos porque saben que ese prematuro anuncio no hace sino desgastar aún más al candidato socialista, acuciado por la crisis y por la escasa receptividad de sus proyectos. Pero insisto en que se hace muy improbable que abandone el cuadrilátero, antes de que salga a a la lona su contrincante. Por muy torpe que parezca, y creo que no lo es, no va a dejar en bandeja a los populares ese combate. Aun siendo consciente de que le ha abandonado la suerte de sus primeros años de gobierno, mantiene esperanzas de que la coyuntura cambie, solvente algunos de los graves problemas que acucian al país y se haga entonces más popular de lo que es en estos momentos. Todo dependerá de la economía, como casi siempre.
Vivimos en un país donde se jubila a los altos cargos de la empresa mucho antes de que su edad les haga retirarse por propia voluntad de los puestos de responsabilidad. Y si no que se lo pregunten a nuestros ex presidentes que, sin embargo, viven un retiro dorado y se permiten el lujo de opinar de todo sin coste alguno para su futuro. Pero es un lujo que pocos países pueden soportar. Y Zapatero no puede (ni quiere) poner en bandeja a los populares el triunfo anunciado con antelación de que abandona el ring. Uno de los grandes errores de Aznar, por cierto.
Los socialistas defienden la continuidad de Zapatero por varios motivos; no solo por propia subsistencia: Sino porque no hay en estos momentos nadie en el horizonte con garantías suficientes para enfrentarse a los populares, que ya comienzan a saborear las mieles del triunfo, pese a que aún no se ha fijado el día del combate decisivo. El presidente no va a ceder ni un centímetro de terreno. Y el jefe del Ejecutivo confía que la propia dinámica económica le permita afrontar la segunda parte de su segundo gobierno con garantías suficientes para recuperar el terreno perdido y derrotar de nuevo a su contrincante. ¿Recuperará Zapatero la popularidad y hará olvidar algunos de sus fracasos? Sólo la crisis nos lo dirá.