Como dice el dicho castellano, quieren estar en misa y repicando. Ahora resulta que la jerarquía católica pretende llevar su campaña contar el aborto hasta las procesiones de la Semana Santa. Normalmente, esta manifestación popular (¿religiosa?), suele mantenerse al margen de los debates políticos. Pero en esta ocasión, una buena parte de las cofradías de Andalucía y Castilla llevarán crespones blancos como protesta por la nueva ley del aborto. Otras dejan libertad a sus cofrades y hay quien se ha opuesto a la medida.

El cascarrabias se pregunta si el hecho de salir con el lazo blanco no es de alguna forma aprovecharse de la procesión. Haré más gráfica y explícita el razonamiento. Como el Gobierno ve que se utiliza con fines políticos las procesiones de Semana Santa, y se celebran manifestaciones en lugar de procesiones, decide prohibirlas. Vamos, el escándalo sería mayúsculo. Es evidente que ninguno de los responsables del Ejecutivo socialista llegaría a tal extremo. ¿Pero con la ley en la mano, podrían hacerlo?

Se supone que las procesiones de Semana Santa son algo más que un concepto puramente religioso. La afirmación en sí resulta controvertida, pero el conglomerado de cofrades andaluces (especialmente) que constituyen las hermandades han sido un ejemplo de la variedad de ideologías que existe dentro de las cofradías de Semana Santa. Y ahora la campaña de la Iglesia puede enturbiar la vida dentro de las congregaciones nazarenas, según reconocen algunos de sus responsables.

El movimiento contra el aborto amenaza con extenderse a las romerías populares. La Hermandad Matriz del Rocío también ha mostrado a través de un comunicado su rechazo a la reforma de la ley “en nombre de toda la familia rociera”. La presión ejercida por la Conferencia Episcopal ha llegado incluso a los colegios. La Federación Católica de Asociaciones de Alumnos ha convocado una concentración en Sevilla el 27 de marzo argumentando que el aborto supone “la matanza de 120.000 críos”. La convocatoria la está difundiendo la patronal de los centros católicos en Andalucía.

Tenemos campaña para rato. Esperemos que los grupos proabortistas no decidan montar por su cuenta una contracampaña, pero al paso que vamos, y vista la beligerancia empleada, todo es posible.