Euskadi es diferente. A los más veteranos, el eslogan se les hará fácilmente reconocible, aunque antes se empleaba para el made in Spain (siempre se cruza Euskadi en el camino de España O al revés). La cuestión es siempre la misma: o adaptamos a nuestras costumbres la normativa española o, simplemente, nos la saltamos. La muestra, la ley sobre el tabaco.
Resulta que ahora, como cuenta, Fermín Apezteguía en El Correo , el Gobierno vasco prepara una ley que prohibirá la entrada de los menores a los establecimientos hosteleros y sociedades en que se autorice el consumo de cigarrillos. El borrador con el que se trabaja, un informe redactado por los servicios jurídicos del área de Drogodependencias, pretende alumbrar una legislación alternativa a la que el Ministerio de Sanidad busca para toda España. El ministro Bernat Soria ya lo ha anunciado: quiere limpiar el aire de todos los locales de hostelería, sin excepción. Vamos que los niños no van a poder entrar a los bares ni a comer aceitunas o rabas.
La cruzada contra el tabaco continúa, aunque la excepción a la norma, si llega, lo hará desde Euskadi, relata Apezteguía en su artículo. “Aquí vamos a adaptar la ley a nuestras costumbres”. Vamos que nos la queremos saltar, como ocurre ahora, por ejemplo, en los frontones del país. Parece que el partido de pelota no puede seguirse sin un buen puro en la mano y con el frontón lleno de humos nocivos que para eso pagamos. Desde que la ley se hizo carne (enero de 206), el Ejecutivo vasco ha mirado para otro lado y no ha aplicado la normativa en las citadas instalaciones deportivas, no vaya a ser que la selecta clientela se espante ante tamaña ofensa y deje de contemplar en directo el deporte nacional vasco. Menudos cascarrabias. La ley no va con quien tiene la obligación de aplicarla y defenderla. ¿Se imaginan que los demás adoptáramos las mismas reglas y decidiéramos saltarnos a la torera las normativas del Gobierno vasco? Seguro que nos lo iban a permitir.