La situación de la activista saharaui Aminetu Haidar, en huelga de hambre desde el pasado 16 de noviembre, comienza a ser realmente preocupante. No digo que hasta ahora no lo haya sido, pero los plazos para encontrar una solución que satisfaga a todas las partes parecen a punto de agotarse, mientras su estado de salud se deteriora gravemente. Así lo creen en Francia y en Portugal, aunque Marruecos sigue tensando la cuerda y dificultando una posible solución al conflicto.

También en España las posiciones están claramente decantadas. Y lo que pudo haber sido una postura testimonial, puede acabar derivando en un graves conflicto diplomático. La cuerda se va tensando y corre peligro de romperse. Y el Gobierno ve cómo le fallan todas las posibles soluciones y se descabalgan los posibles aliados.

Los último los actores y artistas españoles, que han pedido “la intervención personal y directa” del Rey para “salvar la vida” de Aminetu Haidar “por motivos humanitarios”. Así lo expresan en una carta que ya han firmado más de veinte mil personas; entre ellas, Willy Toledo, Pilar Bardem, Pedro Almodóvar, Juan Diego Botto, Javier Bardem, Penélope Cruz, Alberto San Juan, José Saramago, Ignacio Ramonet, Carlos Taibo o Fernando Sánchez Dragó. Vamos los del “no a la guerra”, como les denomina un medio nacional de gran tirada.

Otra causa para la movilización de ‘los titiriteros’. Y esta vez, contra Zapatero; su gran aliado. Recuerden que un grupo similar inició la oposición en España a la guerra de Irak durante el último año de Gobierno de Aznar. Hay quien dice que ahí perdió las elecciones el líder popular, al permitir que un ‘lobby’ tan poderoso se situara frente al Ejecuivo por el conflicto iraquí. Pues bien, Zapatero puede tener dos frentes (además del que le está ocasionando la crisis, que está laminando la poca confianza que había aún en su labor). La situación de la activista saharaui y el manifiesto de internet son dos batallas que el presidente puede perder, a nada que su ‘baraka’ le abandone. Y, la verdad,no hay muchos indicios de que vaya a salir indemne de estas luchas.

Sin embargo, lo que más me llama la atención es el ímpetu que han puesto en esta historia los actores y artistas españoles, que han convertido la causa de Aminetu Haidar en la suya propia. Olvidándose de varias cosas, además. Que la activista está llevando al límite su lucha y poniendo en riesgo las relaciones con el vecino marroquí por una causa muy legítima ,pero en la que España poco o nada puede hacer. Que ha rechazado cuantas opciones le ha ofrecido Moratinos en nombre del Gobierno y que nunca debería haber subido al avión que la llevó a Lanzarote, contravieniendo toda la legislación comunitaria en materia de seguridad y aviación: sin pasaporte y sin documentación, tendría que haberse quedado en tierra. Y que marruecos está utilizando el conflicto para beneficio propio, como casi siempre en sus encontronazos con España.

A un mes escaso de ocupar la presidencia de la UE, Zapatero debe resolver un conflicto que pocos visos tiene de solventarse en las próximas horas, salvo con un desenlace fatal. Pero nunca debería permitir, por mucho que la activista así lo haya exigido, que se extinga la vida de Haidar en su lucha reivindicativa. Y todos deberían contribuir a poner de su parte cuantas medidas sean necesarias para garantizar que esta huelga de hambre no acabe con la existencia de Aminetu Haidar. Los primeros el grupo de actores que encabezó el ‘no a la guerra’