A estas alturas nadie se extraña de que tras las detenciones de Otegi y otros miembros de la extinta Batasuna, hoy se hayan producido nuevos arrestos de miembros de ETA en Francia. No parecía gratuita (por mucho que algunos se empeñaran en verlo como una ‘garzonada’ más) una operación policial contra el entramado de la izquierda abertzale y que se ligara a un nuevo intento de la banda terrorista de dominar la política en Euskadi. Blanco y en botella (ya sé que algunos me tacharán de oportunista y de cosas peores; no tiene remedio).
El ministro de Interior ha esbozado una explicación sobre la ligazón de ambas operaciones. Aunque sin mojarse demasiado sobre el tema. En ocasiones, los políticos españoles tienden a dar razones sobre su actuación, pero sin hacer completo el argumento por cuestiones de seguridad. Y digo yo que para eso sería mejor que no se metieran en esos jardines (los responsables antiterroristas franceses suelen reprochar a sus homólogos españoles este comportamiento cuando exponen a a la luz incluso operaciones que siguen en activo). Pues bien., Alfredo Pérez Rubalcaba, ha admitido que existe “una relación” entre el arresto hoy en Francia del jefe del aparato político de ETA, Aitor Elizaran Aguilar, y la detención la semana pasada de Arnaldo Otegi y otros miembros de la nueva cúpula de la ilegalizada Batasuna. El ministro ha recordado que Elizaran era el encargado de transmitir a la izquierda abertzale las instrucciones de ETA y que, a su vez, la nueva dirección de Batasuna desmantelada el martes pasado cumplía órdenes directas de ETA.
No obstante, el titular de Interior ha preferido no aportar detalles de los posibles contactos que pudieran haber mantenido en fechas recientes las direcciones de ETA y Batasuna y que podrían haber precipitado las últimas detenciones. “Esa relación existe”, ha reconocido Rubalcaba, quien ha insistido en que todavía es pronto para aportar información adicional sobre esos contactos hasta que se analice la documentación incautada a los etarras detenidos hoy en la Bretaña francesa.
Tampoco sé a qué viene que el PNV se tire de los cabellos cuando estaba perfectamente informado de la operación, según aseguran también fuentes del Ministerio de Interior, y no niegan los primeros. Y pese a todo decidió participar junto al resto de fuerzas nacionalistas en la manifestación de protesta contra las detenciones que concenttró en Donosti a unas 45.000 personas. Nunca se podrá demostrar si la convocatoria hubiera tenido otro calado en el caso de que los jeltzales no la hubieran apoyado.
De todas formas, los socialistas echan en cara a los jeltzales este apoyo a quienes después queman los autobuses y emplazan a los dirigentes peneuvistas a abrir una “profunda reflexión” sobre las decisiones que toma y “con quién comparte la calle”. No se olvide que esa misma dirección pacta con el Gobierno de Zapatero su apoyo a los presupuestos, mientras Aralar y EA (a los que no importaría reeditar un un nuevo pacto de Lizarra.) le instan a defender el trabajo seguido por la unidad abertzale.
La piedra está en el tejado de Sabin Etxea que en las próximas semanas deberá decantarse por decidir a quién concede su atención. No puede jugar siempre con todas las barajas en la mano y en alguna ocasión deberá optar por el juego al que quiere jugar. De momento, seguirá en misa y repicando.