¿Qué pasa con los jueces? ¿Dónde viven? ¿Seguro que son de este mundo? A tenor de la sentencia dictada sobre los sucesos ocurridos en Pozuelo de Alarcón el pasado domingo, la verdad yo dudaría de que estemos pisando en el mismo planeta. Incluso de que procedamos de la misma especie. Es evidente que no podemos tener raíces comunes. Porque si no cómo se explican ustedes que ante un acto de pura violencia callejera (la pijoborraka en definición de algún medio nacional) la decisión del juez haya sido imponer a los jóvenes detenidos por los incidentes la prohibición de acudir a fiestas o ferias después de las 22 horas.
Será todo los ajustada que se quiera a la ley, pero la mayoría popular no entiende este tipo de decisiones. Recuerden que se quemaron coches, hubo desperfectos en el mobiliario urbano cuyos daños se valoraron en miles de euros y acorralaron (y humillaron) a un grupo de policías durante varios minutos. El juez que tomó declaración a los menores detenidos durante los incidentes de la madrugada del domingo en Pozuelo de Alarcón acordó que no salgan a fiestas a partir de las diez de la noche durante tres meses. Una dura decisión que, seguramente, va a causar tanta mella entre los detenidos que no van a volver a las andadas. Si no fuera por los que es, sería cosa de la revista satírica ‘El Jueves’ y, por supuesto, no nos lo creeríamos. ¡Qué duro ha sido con estos pobres y buenos chicos! ¡Cómo se ha pasado!
Y ese debe ser el sentimiento de los padres de los muchachos que, no solo aseguran que van a recurrir la decisión judicial, sino que acusan a la Policía de hostigar y maltratar a sus hijos. Toma ya! Nuestros hijos son unos santos; los malos son los de los demás. Y aunque se demuestre lo contrario y se les pesque con las manos en la masa, siempre creeremos en su inocencia. Esa es la actitud permisiva de muchos progenitores que, en poco tiempo, se ven engullidos por la inocencia de esos chicos acostumbrados a no pagar los platos rotos.
Los abogados de estos chicos han decidido recurrir la sentencia porque la consideran que no se ajusta a la ley. Y eso mismo es lo que creemos el resto de los mortales, pero por todo lo contrario. Nos parece tan blanda y tan poco ejemplar que a buen seguro va a atraer cola . Y, desde luego, para nada va a evitar que no se animen otros niñatos de estos a emular a los jóvenes de Pozuelo. Tomen nota.