La kale borroka irrumpió anoche con toda su virulencia en plena Aste Nagusia. Un autobús urbano y cinco turismos resultaron completamente calcinados en el barrio bilbaíno de Rekalde tras ser atacados por un grupo de encapuchados, según indicó el departamento de Interior. Además, a lo largo de la tarde, los radicales también apedrearon bancos y comercios, además de cruzar y prender fuego a varios contenedores de basura, en el Casco Viejo. Los de siempre solo pretenden sembrar el terror.

Y eso es lo que asegura el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, quien ha denunciado que los incidentes acaecidos a lo largo del día de ayer en Bilbao y que se saldaron con la quema de un autobús, seis vehículos particulares, y varios contenedores, estaban “perfectamente planificados” y buscaban “sembrar el terror” entre la ciudadanía.

Azkuna ha explicado que los radicales movieron 60 contenedores por la mañana en los enfrentamientos con la Ertzaintza a lo largo de diversas zonas de la capital vizcaína (Alameda San Mamés, Ercilla, Pozas, Alameda de Rekalde y parque de Doña Casilda ).
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Por la tarde, las algaradas continuaron con la quema de dos contenedores frente al Mercado de la Ribera y rotura de escaparates en la calle Bidebarrieta. Asimismo, ha subrayado que los radicales atacaron una oficina de Seguros Lagun Aro en la calle Ribera, y a sucursales de La Caixa, Banco Popular y Banco Santander en la calle Sombrerería. Hasta que pasadas las diez de la noche, encapuchados prendieron fuego a un autobús municipal en el barrio de Rekalde tras hacer bajar a su conductor (en ese momento viajaba sin pasajeros

Azkuna ha señalado que el autobús, de la empresa Bizkaibus, tenía seis años de antigüedad, era de la marca Volvo y su precio oscilaba entre los 36 y los 40 millones de las antiguas pesetas. Tras recordar que la manifestación que dio origen a los disturbios estaba prohibida y desconvocada, ha acusado a los autores de los ataques de intentar “arruinar las fiestas, atemorizar al público y destrozar mobiliario urbano”. Asimismo, ha puesto a disposición de los afectados por la quema de los seis vehículos particulares en el barrio de Rekalde la Oficina de Espacio Público del Ayuntamiento para ayudar a tramitar las ayudas del Consorcio de Seguros.

Creo que la contundencia de Azkuna es evidente. Y por eso me sorprende que hace unos días no fuera mucho más duro con quienes pretendían ensombrecer las fiestas con una convocatoria que sólo podía traer consecuencias negativas. El alcalde de Bilbao no es precisamente un hombre melifluo, sino todo lo contrario. Y ahora vuelve a demostrarlo asegurando que cualquier reivindicación que se haga con violencia, debe ser solo no ignorada sino solo repudiada. Y la siembra del terror lo único que puede provocar es la división social de los ciudadanos. Pero no caben pasos atrás. A los terroristas y aquienes les apoyan, ni una sola concesión.