No me digan que no es sorprendente. Que yo recuerde, la mayor parte de los ciclistas, cuando comparacen ante los medios de comunicación, suelen llevar alguno de los signos distintivos del equipo donde corren: bien un jersey, un maillot, una gorra…. o un pin. Me llama, por tanto, la atención que Mikel Astarloza se haya presentado ante la Prensa ‘desnudo’ de sus colores. Más si cabe cuando ayer (y en múltiples ocasiones) el equipo que le paga inundó con su característico tono naranja la plaza de la Virgen Blanca (no digamos las cunetas de la carretera al paso de la carrera) durante la bajada de Celedón que da inicio a sus fiestas patronales..
«Estoy aquí para proclamar mi inocencia. Sé que mi palabra va en contra de un resultado dado por un laboratorio, pero sólo pido la oportunidad de defenderme». Con esa contundencia, el corredor guipuzcoano y líder de Euskaltel defendía su inocencia tras el positivo detectado días antes de correr el Tour. Arropado por familiares y los miembros de su peña, el sanpedrotarra leyó un comunicado y no admitió preguntas. «No, hasta que todo se aclare». Aseguró que no parará «hasta conocer la verdad».
Por ningún lado se veía el color naranja del equipo que le paga. Ni un solo signo distintivo; nada que apuntara a la malla de la escuadra ciclista vasca; ni una gorra, ni un pin…. nada de nada. Tan sólo el nombre del hotel donde dio la conferencia de prensa.
No me gustaría que nadie me malinterpretara, aunque este blog nació precisamente para buscar la controversia y sacar los colores a más de uno. Pero no me digan que no resulta curioso el análisis de la imagen de esa comparecencia. Sin duda alguna, desde que uno la ve por primera vez y reconoce al protagonista, salta a la vista que falta un color. Casi todo el arcoiris se ve reflejado en esa fotografía, salvo el color que define precisamente a los corredores y aficionados: el naranja de Euskaltel. ¿Por qué será?