Fútbol raso y en corto. Con permiso de mis colegas de El Córner y La Tribuna voy a meterme en un jardín del que espero salir airoso. La premisa con la que empiezo este post es la base que debe aplicar el Athletic para salir airoso del choque contra el Young Boys (tiene más nombre de club de alterne que de equipo balompedìstico) el próximo jueves. Es decir que los rojiblancos están obligados a jugar en corto y al pie; nada de seguir la consigna del ‘patadón palante.’ que se aplica jocosamente al estilo de Javier Clemente (aunque realmente nunca lo dijera así).
El hecho de que el decisivo encuentro se juegue en un campo de hierba artificial trae de cabeza a los responsables del Athletic. Los equipos de la máxima división del fútbol español no están acostumbrados a jugar en este tipo de superficies, donde el balón parece rodar de forma distinta a como lo hace en uno natural.
El cascarrabias pensaba que aquel aserto de ‘futbol es futbol’ (que mi memoria se lo atribuye a Vujadin Boskov, jugador ruso del CSKA y del Dinamo de Kíev, además de entrenador de equipos como el Real Madrid, el Napoli, Sampdoria, Roma, el Real Zaragoza o el Real Sporting de Gijón) simplificaba de forma magnífica este juego, donde la la lógica no siempre es aplicable y donde el resultado es imprevisible, aunque a priori no lo parezca. Y es precisamente esto lo que hace grande a este deporte: nunca se debe dar por concluido un partido por mucho que se enfrenten un gran equipo contra otro más modesto (luego vino aquello de que un partido dura 90 minutos, que juegan once contra once y otro tipo de frases presumiblemente absurdas que trataban de explicar situaciones chocantes de algún desenlace del juego, pero eso es otra historia).
La cuestión es que empiezan a surgir dudas sobre el resultado del encuentro del próximo jueves. Y se manifiestan las sospechas cuando el Athletic se ve obligado a jugar en un campo de hierba sintética, aunque nos olvidemos de que el mal se produjo precisamente en San Mamés donde los rojiblancos fueron incapaces de sacar el partido. Ahora se aclimatan en Astrabudua a un escenario similar al que se pueden encontrar el jueves. Y donde parece que el balón tiene un comportamiento distinto a los campos habituales. De ahí que quienes juegan ese tipo de superficies den ahora consejos a los leones sobre la forma en la que tienen que realizar su juego: en corto, al pie, con tacos altos, con botas normales y con mallas debajo de los pantalones para evitar rasponazos.
Vale; cambia el bote del balón, su comportamiento y otras circunstancias. Pero digo yo que el que sabe jugar, sabe jugar. Al pie, patadón, en corto, con tiros o lo que sea. Hay que tirar a portería todo lo que se pueda. Y punto. Que lo normal es que saquen el partido adelante, aunque sufran durante los 90 minutos de juego y las ampollas castiguen los pies de los leones. Y que perder debe resultar una palabra imposible, al menos en esta fase del calendario. Porque si no pasan a la liguilla correspondiente, que asegura al menos seis partidos en San Mamés, los rojiblancos se van a ver sometidos a una situación peor de la que esperan encontrar en el estadio del Young Boys.