Poco ha durado la llama encendida. Tan sólo unas horas hasta que ha vuelto a fallar. Y ahora esperemos que la avería se subsane cuanto antes, por el especial significado que tiene este símbolo. La llama del pebetero instalado en Arkaute se ha apagado por “problemas técnicos” apenas unas horas después de su puesta en funcionamiento con motivo del homenaje realizado por el Gobierno vasco a los 15 ertzainas asesinados por la organización terrorista ETA.
“El pebetero ya se había reparado, pero en las últimas horas ha dado un problema y los técnicos están ahora mismo trabajando para su total reparación”, han precisado fuentes del Departamento vasco de Interior.
El Gobierno de Patxi López quiso dotar al acto de encendido del pebetero de toda la solemnidad que merecía y con la avería se hace un flaco favor a la causa. El acto se aprovechó además para rendir homenaje a los ertzainas asesinados, como un signo diferenciador con el Gobierno de Ibarretxe. Algo no se ha hecho bien, cuando a escasas horas de la reinauguración, la llama se apaga por un problema técnico. Las excusas en este caso son del todo insuficientes porque no es de recibo que no se hayan puesto todos los medios para llevar a buen fin el objetivo: que la llama quedara indefinidamente encendida hasta lograr la paz.
El monumento fue creado en 1993 por el entonces consejero de Interior, Juan María Atutxa, tras el asesinato del sargento mayor Joseba Goikoetxea a manos de ETA. El pebetero permaneció encendido ininterrumpidamente durante 16 años, hasta que a finales de 2008 el sistema de conducción de gas comenzó a padecer problemas de suministro y empezó a sufrir frecuentes apagados. El departamento dirigido por Rodolfo Ares recordó que el autor de la escultura fue un miembro de la Policía vasca, Jon Álvarez. El agente buscó una composición mediante bloques compactos de madera y acero, «un conjunto aparentemente imposible de conseguir». «De esa forma, se intenta representar que, por difícil que parezca alcanzar el objetivo de conseguir la paz y el entendimiento entre diferentes en Euskadi, es posible lograrlo», señaló la consejería en un comunicado.
La Administración dirigida por Ibarretxe decidió que la llama permaneciera apagada contraviniendo el objetivo para el que fue creado: el pebetero tendría una llama permanente mientras los violentos mantuvieran su actividad criminal.
Con la llegada del nuevo consejero, Rodolfo Ares, el pebetero parecía haber retomado el protagonismo de años anteriores. El Gobierno vasco, con el lehendakari Patxi López a la cabeza, rindió el domingo homenaje a los 15 ertzainas asesinados por ETA desde 1985 depositando rosas blancas junto al pebetero que arde en la Academia de Arkaute en recuerdo precisamente de las víctimas del Cuerpo. Por eso, es urgente que lo reparen; cuanto antes ya; y que la llama de la esperanza vuelva a quedar encendida. Amén