La ‘popular’ Arantza Quiroga fue elegida hoy presidenta del Parlamento vasco gracias a los 25 votos del PSE y a los 13 del PP, que le han permitido superar los 36 apoyos que ha recibido la hasta ahora presidenta de la Cámara, la ‘jeltzale’ Izaskun Bilbao. Quiroga se convierte así en la primera parlamentaria del PP y en la segunda mujer que preside el Legislativo vasco.
Y se acabó. Aquí podría concluir tranquilamente la noticia sobre la elección de Quiroga como presidenta del Parlamento vasco. Porque el acto ha transcurrido con total normalidad y sin ningún sobresalto. Si no fuera porque supone un relevo histórico en la presidencia de la Cámara de Vitoria, siempre ocupada por los nacionalistas, no merecería ni una línea más. El acontecimiento ha tenido la relevancia justa y necesaria. Ni más ni menos. Y eso es lo que, presumiblemente, puede pasar con la investidura de Patxi López como lehendakari.
A los cascarrabias que presagiaban todo tipo de desgracias por este relevo en el Parlamento, se les ha caído el santo al suelo. Arantza Quiroga ha salido elegida con los votos del PSE y del PP y ocupará el sillón en el que se sentaba Izaskun Bilbao en la anterior legislatura.
En su primera intervención como nueva presidenta del Parlamento vasco, en la que por dos veces ha utilizado el euskara, Quiroga ha mostrado su “gratitud” a los que han respaldado su nombramiento “como a quienes desde una posición crítica han preferido no hacerlo”. “Y decirles a unos y a otros -añadió- desde el comienzo de mi intervención que trabajaré decididamente para ser la presidenta de todos”. Amén.
No puedo dejar de reflejar, sin embargo, las palabras de Izaskun Bilbao que en una entrevista realizada por Olatz Barriuso en El Correo aseguraba que dar la Presidencia a la tercera fuerza es “romper con los valores y la forma de ser de los vascos”. Reconozco que me repito; pero la tercera fuerza de Alava (PNV) gobierna en el territorio histórico, porque ha sumado más votos que PP o PSE para ello. Y ahora sucede lo mismo en el Parlamento. Quien cuenta con los votos es quien tiene las mayorías en nuestra democracia. Y ese principio no puede valer en una institución y en otra resultar una anomalía.
Por no entrar en otra de sus afirmaciones. “la gente quería un pacto entre nacionalistas y no nacionalistas”. La verdad es que no se ha notado, porque durante la campaña se hablaba de reeditar el tripartido (o el cuatripartito con Aralar) y, después del 1M, Ibarretxe decía que tenía 80.000 razones más que López para ocupar la Lehendakaritza (en alusión a la diferencia de votos a su favor). La suma de nacionalistas y no nacionalistas no ha salido a la palestra hasta ahora, cuando la decisión está tomada. PP y PSE darán con sus votos el sillón de Ajuria Enea a Patxi López.