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Íñigo Domínguez

Íñigo Domínguez

El arte de saber perder

El increíble mundo mafioso que rodea el ‘Calcio’ en Italia, y no sólo eso, volvió a hacer patente el domingo su poderío al imponer el terror en un equipo de tercera división, la Nocerina, que se acabó suicidando futbolísticamente con lesiones fingidas para quedarse con seis jugadores en el campo y, reglamento en mano, obligar a suspender el partido. No llegó a veinte minutos. A los 50 segundos de empezar hicieron tres cambios en bloque para agotarlos todos y luego siguió una farsa entre lo ridículo y lo trágico: cinco jugadores que fueron cayendo al suelo al ser rozados por un contrario o incluso sin que nadie les tocara. Muecas de dolor, aspavientos, abandono del campo y adelante el siguiente. De ese modo se cumplió la orden de los ultras del propio equipo, que les habían prohibido jugar bajo amenazas muy serias. Era un derbi histórico contra el club de Salerno, la Salernitana, cerca de Nápoles, y por motivos de orden público las autoridades habían vetado el desplazamientos de los ‘tifosi’ de Nocera. Así que los aficionados decidieron que si ellos no iban no había partido. Dicho y hecho.

El fútbol italiano se escandalizaba ayer de este nuevo episodio de coacción mafiosa de los ultras -en 2004 lograron suspender nada menos que el derbi de Roma y Lazio- pero el espectáculo del domingo tenía elementos de farsa tan perfectos que era difícil decidir si aquello fue algo serio o teatral. ¿Lo mejor? Una avioneta alquilada por los tifosi planeaba dando vueltas sobre el estadio con una pancarta que decía “Respeto para Nocera y para los ultras”. Por si a los jugadores se les había olvidado. Se cruzaba en el cielo con el helicóptero de la Policía.

Más de 200 energúmenos aporrearon el autobús de su propio equipo al llegar, y es raro que llegara, porque intentaron que no saliera del pueblo. La plantilla bajó dispuesta a no jugar, pero luego pensaron en arreglárselas a su manera. En tierra de la Camorra las amenazas no son una broma. En 2009 a los de la Juve Stabia les despelotaron a la fuerza y les corrieron a correazos con los cinturones tras perder un partido. Luego se encontraron con velas de cementerio y esquelas con sus nombres en el vestuario. Más explícitamente, en el campo de entrenamiento del Ascoli -aunque esto ya es fuera de la región de Nápoles- algunos aficionados descontentos les plantaron once cruces en el césped en mayo.

Salernitana y Nocerina, club de un pueblo cercano a Salerno, no jugaban desde hace 25 años y aún así el presidente del primero de estos clubes pidió a la federación que, por favor, les colocaran en grupos diversos. “Son casos de atávica rivalidad, es como intentar hacer jugar a palestinos contra israelíes”, protestó sin que nada haga sospechar que fuera consciente de haber exagerado. El de Salerno y Nocera Inferiore -este es, encima, el nombre completo- debe de ser uno de esos lamentables conflictos olvidados que el mundo ignora.

El entrenador y el director deportivo del Nocerina presentaron su dimisión, que fue inmediatamente rechazada. No obstante se desconocen los motivos, pues esto es lo que comentó uno de ellos sobre lo ocurrido: “Los chicos han salido al campo sin haber hecho el calentamiento, eso explica las lesiones”.

Aquí tienen las jugadas más interesantes:

No me digan que no era mejor quedarse sin jugar. Pero no, son veinte minutos que se hacen larguísimos -y eso que esto es un resumen-, con logradas interpretaciones de cada jugador, aguantando impasibles la representación hasta el final.

Epílogo de actualización:

-Hoy el partido ha quedado oficialmente inscrito como una derrota por 3-0 de la Nocerina, pero en el fondo da igual, porque este año no hay descensos a categorías inferiores. Como mucho pueden ser últimos, y es que ya lo eran, con un solo punto. No cambia nada.

-Esta mañana ha aparecido un paquete de bomba de mentira en una escuela de Nocera. Habían escrito encima “Ultra”.

-Los aficionados de la Salernitana han pedido el reembolso del billete.

-Las autoridades han denunciado a 22 personas por violencia agravada y han abierto expedientes para prohibir el acceso a campos de fútbol a 23 .

-Uno de ellos, casualidad, es el concejal de Nocera encargado de deportes, un tal Pino Alfano. Estaba en el grupo que asedió el autobús del equipo local. Declaraciones: “No somos criminales, sólo ultras enamorados de nuestra pasión. Sí, estaba allí, pero no ha pasado absolutamente nada, voy siempre al estadio con mi hija, nunca habría apoyado amenazas a nuestros jugadores”. Añade: “Pero es inconstitucional prohibir el desplazamiento de los tifosi”. Alfano es fundador del grupo ultra EAM (Extraños A la Masa).

 (Publicado en El Correo)

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