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Íñigo Domínguez

Íñigo Domínguez

Lui (18): con un par

Se preguntarán quién es el chico de la foto, tan modosito. Es Fabbrizio Corona, rey de los paparazzi, y no crean que está en una discoteca, no. Está sentado en un juicio esperando una sentencia. Con esta solemnidad y apostura escuchó el pasado día 10 ante el tribunal cómo le condenaban a tres años y ocho meses por hacer fotos comprometidas a famosos y luego pedirles dinero por ellas, con la amenaza de publicarlas si no accedían. Por ejemplo, lo hizo con los futbolistas Adriano y Francesco Coco y el motociclista Marco Melandri, pillados en compañía de estrellas porno, prostitutas o transexuales.

Al salir del juicio, Corona hizo unas reflexiones: «Me avergüenzo de ser italiano. Lo que está escrito en la sala, ‘La ley es igual para todos’, no es verdad. Es una grandísima gilipollez. Ya no tengo confianza en la ley. Vivimos en un país de mierda». Justificó estas opiniones con el argumento de que todas las agencias fotográficas hacen lo mismo. Y eso que no le fue mal, porque el fiscal pedía el doble de la pena y fue absuelto de algunas acusaciones.

A día siguiente en un programa televisivo se enfadó con algunas preguntas, pegó un puñetazo en la mesa y la rompió. Tras la publicidad tenía la mano vendada y los médicos de la cadena pensaban que tenía una fractura. El presentador le preguntó cómo estaba. Respuesta: «El dolor no es una cosa que me incumba». Por unos momentos pareció oírse viento solitario de western en el estudio.

Su madre, la señora Gabriella, le defendió por teléfono en otro programa interviniendo en directo: «Esta sentencia es absolutamente injusta, creo que mi hijo es un chivo expiatorio para todo lo que sucede en Italia mucho más grave. Si mi hijo se ha convertido en lo que es se debe a quien ha construido esta juventud».

Se me olvidaba reseñar que Corona es un tipo que hasta grabó a escondidas a su mujer, otra famosilla, el día de su divorcio en los juzgados. También tiene otro juicio por ir de compras con un fajo de billetes falsos y es famoso el episodio de las dos multas al volante de su Lamborghini: le pusieron una por la mañana en Roma y la otra por la tarde en Suiza. Un angelito.

Entre madre e hijo resumen divinamente algunas de las principales excusas de uso cotidiano en este bendito país, que pivotan sobre el eje «lo hace todo el mundo-la culpa es del sistema». Eso se traduce en que, en general, nadie pide disculpas por nada. Siempre se espera en la simpatía hacia el infractor o, en sentido amplio, hacia el delincuente. La intervención pública de la madre también es muy socorrida. Así que no les tiene que extrañar que este señor atolondrado diga estas barbaridades de los tribunales.

Esto fue la mañana del día 10. Más o menos a la misma hora… en el congreso del Partido Popular Europeo en Bonn…:


Traducción: Consentidme, dado que otros colegas lo han hecho, que hable de mi país, Italia. Somos la tercera economía de Europa, hemos ganado las elecciones muy bien, tenemos una mayoría fuerte y cohesionada, un Gobierno muy operativo, un primer ministro… ¡súper!. Más del 60% de popularidad tras las pruebas de eficiencia dadas para la solución del problema de las basuras heredado de la izquierda en Campania. Y con la organización del post-terremoto en Abruzzo alcanzamos el 68,8%. Luego existe, naturalmente, una izquierda que tiene el 80% de la prensa italiana, que me ha atacado en todos los frentes, inventándose calumnias increíbles que, de todos modos, me han reforzado, porque los que creían en mí están aún más convencidos de lo que estamos haciendo, y sobre todo porque dicen: ‘Mamma mìa, ¿dónde encontramos uno, fuerte, duro, con pelotas, como el señor Silvio Berlusconi?’.

Bien, pero en Italia atravesamos un momento de transición particular. En Italia no hay inmunidad parlamentaria (por referéndum popular en 1993, n. del t.), en Italia los fiscales no dependen del Gobierno, y se ha formado poco a poco en la izquierda un partido de los jueces, pues la izquierda, como no consigue triunfar a través de la política lo intenta a través de los procesos. Yo he sido embestido por 103 procedimientos, 913 jueces se han interesado en mí, he tenido 587 visitas de la Policía judicial y de la Guardia de Finanza,… ah, y 2.520 audiencias, creo que es el récord universal de la historia. Pero sólamente absoluciones, porque por fortuna de la izquierda es una parte de los jueces, luego los de segundo y tercer nivel son jueces de verdad como en los otros países.

Bien, ¿qué es lo que sucede en este momento en Italia? Un hecho particular que yo llamo de transición y que tenemos que remediar. La Constitución italiana dice, como todas las constituciones, que la soberanía pertenece al pueblo. Bien, el pueblo vota, y es el Parlamento recibe la soberanía del pueblo. El Parlamento hace las leyes. Pero si estas leyes no gustan al partido de los jueces de la izquierda, se dirige al Tribunal Constitucional, que tiene 11 miembros de 15 que son de izquierda. Porque los cinco componentes nombrados por el presidente de la República son todos de izquierda, porque por desgracia hemos tenido tres presidentes de la República consecutivos de izquierda, y por tanto en vez de ser órgano de garantía, el Tribunal Constitucional se ha transformado en un órgano político, que deroga las leyes hechas del Parlamento. Por tanto la soberanía hoy, en Italia, no creo que diga nada excesivo, ha pasado del Parlamento al partido de los jueces.

Os doy dos ejemplos, de leyes recientemente derogadas. Una ley por la que un ciudadano, acusado de un delito, absuelto, dice: ‘Basta, no puede ser juzgado en segundo y tercer grado, metido de nuevo en la rueda infernal de los procesos, que te arruinan la vida, y la de tu familia y tus seres queridos, como sucede en las otras grandes democracias. Una persona se juzga una sola vez’. Esta ley, así de justa, así de natural, así de necesaria, ha sido derogada, a petición de los fiscales de izquierda, por el Tribunal Constitucional. (Como se imaginarán, es una de las leyes ‘ad personam’ que intentó colar sin éxito, para esa pequeña parte de los jueces de primer grado que no son comunistas y le absuelven, n. del t.).

Otra ley: el presidente de la República, los dos del Parlamento y el primer ministro, durante su mandato, debiendo dedicarse completamente al cuidado de los intereses del país tienen que ver cómo sus procesos se suspenden. Se suspende también la prescripción, los procesos se reanudan al final del mandato. También esta ley ha sido derogada por el Tribunal Constitucional, que prácticamente ha dicho a los fiscales: ‘Reanudad la caza al hombre del primer ministro’.

Bien, esta es una situación que tenéis que saber, porque muy a menudo los periódicos de cada país representan la situación italiana en modo completamente distinto de la realidad.

Es una situación transitoria, ciertamente, tenemos una gran mayoría en el Parlamento, estamos trabajando para cambiar esta situación con una reforma de la Constitución.

FIN

A los tres días le partieron la cara al chulo de discoteca. Me refiero al segundo, al del par de pelotas. Que al menos nos ha explicado por qué, con razón, el primero, el paparazzi, estaba enfadado: probablemente fue juzgado por unos magistrados comunistas. Es lo que pasa con un primer ministro que se cachondea de los tribunales, que luego cualquier mindundi entra en los juzgados como en el bar. Pero no se engañen, ahí donde lo ven Fabrizio Corona es un prototipo y modelo social de éxito. El otro, ya lo saben, es el primer ministro.

En fin, ya están enterados de lo que le pasó a Berlusconi en el Duomo de Milán y no es para hacerse el gracioso. A todos nos ha conmovido ver a un hombre herido y ensangrentado. Fue vergonzoso. Todo el mundo tiene derecho a decir lo que le dé la gana sin temor a que le parta la cara un imbécil, aunque en este caso era un enfermo. Pero que levante la mano quien no se esperaba algo así algún día. Digan lo que digan el contexto es importante para comprender por qué ha ocurrido.

Antes de la agresión del Duomo ya saben lo que había, porque en este blog hemos ido contando las peripecias de nuestro hombre. Ahí les he puesto el discurso-clímax-delirio de Bonn, con Angela Merkel, imagino que flipando, en primera fila. Tal sucesión de trolas, megalomanía, populismo y despotismo es difícil de ver hoy en día en directo y en estado natural. Salvo que uno salga de la UE y empiece a mirar entre los amigos de Berlusconi: Gadafi, el presidente bielorruso, el de Túnez,… Pero de eso hablaremos otro día. He colocado el núcleo del discuro enterito para que luego no diga nuestro héroe que los periodistas extranjeros nos inventamos lo que dice.

Berlusconi, el del par de pelotas, ha seguido una doble estrategia después del ataque. Por un lado, y dado que se acercaban las navidades, ha seguido inteligentemente el guión ‘atentado a Juan Pablo II’: mensajitos sobre el amor y el odio, sentirse agraciado con un milagro, perdón al agresor… No me extrañaría que un día fuera a visitarlo a la cárcel y el otro acabara haciéndose del PDL. Este lado espiritual ha culminado, cómo no, con un emotivo poema de Don Luigi Verzé, el cura que citamos el otro día, en cuyo hospital, financiado por Berlusconi, ha permanecido ingresado el primer ministro. Se lo dedicó el día que le dieron de alta:

Carissimo Silvio,
¡Ahora Te vas reajustado del San Raffaele! ¡Y que Dios sea loado! Te vas más rico, porque has versado un poco de Tu sangre por este nuestro País. Ya habías trabajado tanto y sufrido incomprensiones y humillaciones. ¡Todo para hacer el bien y destruir el mal! Así el buen Dios lo dispuso incluso para su Hijo Jesús. Te acompañe este orgullo: Tus fatigas, Tu entusiasmo, Tu inteligencia, Tu sangre de hombre verdadero. He dicho de hombre, no de santo.

Las mayúsculas, como podrán imaginar, son suyas, no mías. No sé cómo le sentará a Silvio que se las hayan puesto también a Dios. Recordemos este memorable pasaje del elegido -una vez dijo ser el «ungido del Señor»- junto a su presentador de confianza, Bruno Vespa, en el inenarrable programa ‘Porta a porta’:


Traducción: «…sobre todo en campaña electoral alcanzo una virtud… ¿quiere oler? Huela, huela, con la nariz, ¡es olor de santidad!».

Pero mientras el venerable líder pedía serenidad y amor universal, en el lado negativo de la fuerza los medios de su propiedad se lanzaban a la manipulación que era una maravilla. Mientras Silvio componía églogas, el par de pelotas quedó para sus chicos. La noche del ataque el informativo especial de Canale 5 daba la noticia con las imágenes de los manifestantes que habían protestado contra Berlusconi durante el mítin previo, identificando la protesta con la agresión. Sólo al cabo de diez minutos se acordaron de decir, por fin, que fue una obra de un desequilibrado.

El periódico de la familia Berlusconi, ‘Il Giornale’, fue a saco al día siguiente en primera página: «El asaltante es un loco, pero los autores morales son conocidos, y también algunos políticos del centro-derecha…». Fue una cosa increíble: la crítica a Berlusconi ha quedado convertida en incitación a la violencia, incluida la de sus aliados. De hecho, dos días después decían: «Quien grita al tirano legitima el tiranicidio. En democracia se admite matar a un dictador. Pero de ahora en adelante quien define un régimen fascista este gobierno debe asumir la responsabilidad».

El ápice de la locura lo alcanzó el inefable Fabrizio Cicchito (chico de la foto), que no es cualquiera, sino el portavoz del partido de Berlusconi en la Cámara de Diputados. En un discurso en la cámara habló de una red que ha orquestado «una campaña de odio» compuesta por algunos medios y periodistas. No crean, que es una opinión más que autorizada, porque Cicchito de conspiraciones sabe un rato: es un ex-socialista de la época de Craxi reciclado en la derecha que estaba en las listas de la logia masónica P2. Ya saben, la organización ilegal, subversiva y clandestina formada por cientos de personalidades que conspiraba para alterar el orden democrático establecido. Pero aquí nadie se retira por eso. Al revés, se crecen. Miren si no a Berlusconi, que también era de la P2.

En fin, que si criticar a Berlusconi antes estaba mal, a partir de ahora va a ponerse imposible: se convierte uno en un terrorista. Pero además se ha visto enseguida que nuestro hombre iba a aprovechar el castañazo para pisar el acelerador. Ya saben, lo que decía en Bonn, arreglar esta «situación de transición», esta cosa rara de la democracia italiana en la que se le puede juzgar como a cualquiera. Ya está todo montado, y sin ningún ruido con la conmoción del ataque del Duomo y las emociones navideñas. El día 11 de enero vuelven a presentar en el Senado la ley de inmunidad, pero esta vez será una ley constitucional, para que nadie la pare. Como tardará unos 15 meses, durante ese tiempo salvarán el culo al jefe con dos leyes para su beneficio personal que ya les avanzaba el otro día: la del ‘legítimo impedimento’, cuyo trámite empieza el 25 de enero en la Cámara de Diputados, y la del ‘proceso breve’, en lanzamiento el 12 de enero en el Senado.

Entretanto, el buen Silvio esboza pensamientos catequéticos a vuelapluma en la web: «Estad serenos y seguros, el amor vence siempre sobre la envidia y el odio». Dirigidos «a quien quiere construir, a quien quiere el bien de todos y a ninguno desea el mal».

Si antes ya estaba mal visto hablar de los juicios a Berlusconi imaginen ahora. En la izquierda ya sólo se debate sobre la forma de bajarse los pantalones con más dignidad. El argumento que circula es que hay que tragar y que Berlusconi se blinde con la inmunidad por el bien del país, para que pueda trabajar y a ver si hace algo. Ahora que lo pienso llevo casi una década en Italia y en este tiempo no ha avanzado nada. Eso sí, siempre están hablando de empezar de una vez «las urgentísimas reformas que necesita el país absolutamente».

Decíamos que en Italia el delincuente siempre puede contar con cierta simpatía generalizada por el infractor de la ley. En ese sentido debe considerarse que Berlusconi, en fin, no exageremos, no ha matado a nadie, y lo demás son cosillas que todo el mundo hace o, por lo menos, que casi todos harían si fueran él. Absolviendo a Berlusconi los italianos se absuelven a sí mismos. Y ya verán ahora que se acerca el décimo aniversario de la muerte de Craxi, primer ministro fallecido en el exilio fugado de la Justicia. Y padrino de Berlusconi. Está en plena rehabilitación y le quieren dedicar una calle en Milán, siempre con el mismo argumento: era un chorizo corrupto, ya, pero eso es lo de menos, qué gran estadista. Pero de eso hablaremos otro día.

Veamos un fragmento de ‘Todo modo’ (Elio Petri, 1976), de la novela de Leonardo Sciascia. “Todo modo” es el inicio de una cita de San Ignacio de Loyola que verán en la escena a continuación. La película, muy polémica en su día y sobre todo incomodísima tras el asesinato de Aldo Modo dos años después, es una brutal crítica del corrupto mundo de la política democristiana, personificada en Aldo Moro, aquí calcado por Gian Maria Volontè, junto al gran Marcello Mastroianni. Como decimos siempre, lo de Italia viene de lejos, no es de ahora:


Traducción:
-¿Debo decir todo lo que he descubierto? ¿Derrumbar el castillo? ¿Nos tenemos que entregar al enemigo? ¿Invertir la pirámide? ¿Las relaciones de clase? ¿Cambiar, cambiar, cambiar? ¿Cambiar cultura, cambiar todo, debo cambiar de verdad?
-Todo modo para buscar la voluntad divina.
-¿Y qué es la voluntad divina?
-No es alma y no es mente, no es imaginación, ni opinión,ni razón, ni pensamiento, no es número, orden, grandeza, pequeñez, igualdad, ¡desigualdad!, no es vivo y no es vida, no es espacio, materia, esencia, no es bondad, ni verdad, no es tiniebla, ni luz, no es error, ni verdad.
-Yo soy un político, necesito indicaciones concretas.
-Tú eres un hombre como todos los demás, ¿amas el poder?
-Sí, magmáticamente.
-¿Estás dispuesto a cederlo?
-Ehhh, ¿y a quién? No hay ninguno mejor que yo. Sabes, creo que tengo una misión que cumplir, sí.
-¿Tienes los estigmas?
-Eh, sí, sí, a veces me parece verlas, sí, sí, mira, también ahora, ¿ves?
-Yo no las veo. Tú eres como los demás. Sigue su ejemplo, y no finjas más.
-¡Eh no, yo no soy como los demás! Yo soy distinto, yo no soy ávido, no soy arrogante, no soy hipócrita, soy una buena persona, una persona honesta, no robo yo, dímelo tú, por favor, dímelo que no soy como los demás!
-¡Tú eres como tus electores, cínico y feroz! ¡Sigue tu mandato hasta el final, de todos modos caeremos juntos! ¡Tú, con tus ricos impostores que te tienen en el gobierno sólo para protegerles de los pobres, y yo con mi estúpido rebaño, inocente, pecador, que sólo espera de mí el viático para el otro mundo!
-Tú ya no me amas.
-Eres tú que ya no me amas, lo sé. Los curas son molestos.
-Confiésame, por la última vez, yo… tengo la sensación de que no nos veremos más.
-No, no podría absolverte.
-¡No, tú me tienes que absolver!
-¡Déjame!
-¡Piensa en lo que representamos, no en lo que somos!
-Eres una beata, lloras como una beata.
-¡No, yo, yo para continuar necesito tu absolución! ¿Qué somos sin vosotros, vosotros sin nosotros… ellos?
-¡Non possumus!

FIN

Ya ven que por arriba se pasan el Estado por el arco del triunfo. Así que por abajo qué vamos a esperar. Como los ciudadanos tampoco pueden contar con que el Estado cumpla su deber. Y aquí volvemos a entrar, como siempre, en aterradores destellos de incompetencia administrativa. Estos días ha habido un buen ejemplo, con la sentencia del célebre crimen de Garlasco, culebrón que ha tenido en vilo a Italia durante más de dos años. Es el misterioso asesinato de una joven, Chiara Poggi, de 26 años, hallada muerta en un chalé. Gran despliegue policial. Juicio mediático y paralelo, como mandan los cánones, gran atención a los mínimos detalles y exposición minuciosa de los indicios en televisión. Por eso unas primas de la víctima, Paola y Stefania Cappa, bautizadas como “las gemelas K”, aprovecharon para trucar una foto de la difunta y colocarse con ella para distribuirla a la prensa y hacerse famosas. La repartieron entre los periodistas al día siguiente del crimen en la puerta del chalé. A esto ha llegado Italia. Ahí tienen la foto, si es que todavía no se les ha caído de vergüenza la cara pegada con el Photoshop. Pero hasta aparecieron en la revista del corazón ‘Oggi’ contando su vida y lo íntimas amigas que eran de la pobre Chiara. Y al final, premio gordo, consiguieron que las llamara Fabrizio Corona, el chulo del que hemos hablado al principio, el perseguido por los jueces, es decir, el primero, para ofrecerles 4.000 euros por un reportaje fotográfico sexy. Corona lo explicó así: “Posarían vestidas de ‘veline’, alegres, sonrientes, con una bonita entrevista sobre su vida, sus estudios, sus amores, los proyectos, ninguna referencia al homicidio de Garlasco, obviamente. Tene que ser una cosa alegre, divertida”. Obviamente.

Puntualicemos que ‘veline’ son las azafatas televisivas de las cadenas de Berlusconi, el del par de pelotas, el perseguido por los jueces, el segundo del que hemos hablado.

A lo que íbamos. No crean que la Policía y los funcionarios del Estado sintieron mucha presión. El principal sospechoso, su novio, Albeto Stasi, ha sido absuelto. Había algunos pequeños errores en la instrucción porque aquello fue de Mortadelo y Filemón. Vamos con la lista de chapuzas:

-El lugar del crimen parecía la Gran Vía. Sólo el personal de la ambulancia se puso los pertinentes patucos de tela. Los expertos de huellas encontraron pisadas de 25 personas y pasaron semanas aclarándose de quién eran, con secuestro incluido del calzado para las pesquisas: 18 carabinieri, el fiscal, el médico legal -con dos pares de zapatos distintos- su asistente y tres empleados de la funeraria.
-Es más, un agente se resbaló con la sangre del suelo y se limpió en el felpudo, otro usó el baño, otro se puso a vomitar al ver el cadáver, otro hizo fotos de recuerdo con su cámara digital…
-El RIS, el departamento del investigaciones científicas, tardó tres días en aparecer por allí.
-Había muchas huellas digitales, 17, pero seis eran de policías que estuvieron manoseando todo sin guantes. Curiosamente, todos jefazos. El capitán Cassese, comandante de la compañía; el teniente coronel Sangiuliano, responsable de la división de operaciones y el mayor Pizzamiglio, ¡¡¡del RIS; departamento de investigaciones científicas!!!
-El cadáver fue enviado a un hospital que no tenía báscula para pesar el cadáver, extremo decisivo para fijar la hora de la muerte.
-Nadie se acordó de tomar las huellas digitales del cadáver. Es más, hubo que desenterrar el cuerpo en secreto una semana después para tomárselas.
– El novio, principal sospechoso, es interrogado tres veces y desde el principio cae en numerosas incoherencias. Pero el fiscal tardó una semana en ordenar el registro de su casa. El taller de su padre nunca fue registrado.
-El ordenador del sospechoso fue abierto y destripado durante 15 días sin respetar los procedimientos legales.
-Pasaron 15 días hasta que a alguien se le ocurrió buscar el arma del crimen en el bosque de los alrededores de la casa.
-Se tardó 17 horas en confiscar los zapatos del novio, que declaró haber encontrado el cadáver, y ya estaban limpitos.
-La Policía no se dio cuenta hasta pasados 40 días de que en la casa del sospechoso había una alarma, que él conectaba cada vez que entraba y salía y, por tanto, indicaba sus movimientos. Para entonces, como el aparato sólo almacenaba 100 datos, ya no había información del día del delito.
-Nadie pensó en pedir los e-mails y el texto de los chats de la víctima y su novio. Por fin, se les ocurrió a los dos años. Pero era tarde: la ley sólo obliga a conservar esos datos un año.

En fin, detengámonos con esta breve iluminación de ‘I mostri’ (Los monstruos), obra maestra a capítulos de Dino Risi, de 1963, con los monstruos Vittorio Gassman y Ugo Tognazzi:


Mejor dejamos lo de Garlasco porque es para desesperarse. En cambio, es para llorar lo que le ha pasado esta semana a una niña de cinco meses de Gela, en Sicilia (sur). Se atragantó con la leche y se congestionó. Acudió rápidamente una ambulancia y se acordó su evacuación a Palermo en helicóptero. Mientras tanto, los padres cogieron el coche y se fueron para Palermo. Tardaron tres horas, pero llegaron antes que su hija. La pequeña esperó tres horas la evacuación porque el helicóptero de Palermo y el de Caltanisetta estuvieron discutiendo a quién le tocaba ir. Al final murió.

A otra niña de dos años y medio de Cosenza (sur), en Calabria, le escayolaron el otro día el brazo que no era, el sano. Al ver la noticia en el diario, otra madre reveló que hace cuatro años, en el mismo hospital, le escayolaron mal el brazo roto a su hijo de siete años y al final murió por las complicaciones.

En Italia estas cosas pasan demasiado a menudo, no hay que fiarse nunca de nadie y todo depende de con quién te encuentres. En resumen, sálvese quien pueda. Berlusconi, por ejemplo, es lo que hace. Y él puede. Y muchos le comprenden. Es otra víctima del sistema. Y ahora además predica el amor.

Visto desde España, qué risa Berlusconi ¿verdad? Qué incomprensibles los italianos ¿verdad? ¿por qué no reaccionan o hacen algo? Pues bien, el otro día este señor tan gracioso, primer ministro de un país extranjero, se compró dos televisiones de Prisa, editora de El País, el diario español más crítico con su Gobierno. Pero no lo vi escrito en ninguna parte. En todas partes la alegre noticia era que se fusionaban Cuatro y Tele 5, con agudos análisis de la reconfiguración del sistema televisivo español. En algún párrafo por ahí se mencionaba que Mediaset es el grupo del primer ministro italiano, como si fuera algo medio normal.

Vaya, ahora me acuerdo de lo que el primer ministro italiano le dijo públicamente en rueda de prensa al corresponsal de El País, mi compañero Miguel Mora, cuando le preguntó por sus escándalos sexuales. Tras negarlo todo y eludir la respuesta, concluyó:

«Podría añadir muchas cosas sobre lo que escribe su periódico, pero deben ustedes abrir los ojos y no ser facciosos. Los periódicos están perdiendo tirada y publicidad y se arriesgan a la quiebra empresarial. Creo que El País sabe algo de eso».

Berlusconi se refería a los 5.000 millones de deuda de Prisa, ya ven que está muy informado, y aquello sonó a lo que sonó. Luego se fue con Zapatero a tomar un café a Villa Certosa, la famosa mansión de las juergas con tías que entonces estaba en el ojo del huracán. Nuestro santo varón tiende a comprar a cualquiera que se le ponga por delante y anda siempre haciendo diplomacia con su cartera. Un jefe de Gobierno millonario con un imperio mediático, sin escrúpulos y con tendencias omnímodas es aún más peligroso en tiempos de crisis.

Así que miremos ahora como queda el panorama de los medios españoles:

-Berlusconi controla Tele 5 y Cuatro, primer grupo de televisión privada de España. Era socio, hasta este año, de Vocento -editor de ABC y de mi periódico, entre otros- y ahora lo es de Prisa -editora de El País, As y Cinco Días, entre otros-. También ha entrado en Digital +.
-RCS, editora de Corriere della Sera, posee El Mundo, Expansión y Marca, entre otros.
-De Agostini está al frente de Antena 3 -que se fusionará con la Sexta- y Onda Cero.
-Il Sole 24 Ore, el diario de la patronal italiana, edita El Economista.

No digo que Berlusconi domine también la información española, sólo digo que él controla una parte y empresas italianas dominan otra. Empresas italianas que pueden ser influenciables, como ya lo son en Italia, por un primer ministro que es el hombre más rico del país y uno de sus principales empresarios. No digo que Berlusconi controle directamente lo que se dice y se publica, es imposible, digo que a veces basta con que se sepa quién manda, o con una llamadita al año. Además, ¿para qué se compra medios de comunicación un magnate con tan mala opinión de los que no controla? Aunque tampoco dudo de que los compañeros de cualquier medio lucharán por conservar su independencia. Aunque en tiempos de crisis eso siempre es más difícil. De momento, del tema no se habla, y ya es curioso.

¿Se ríen todavía?

Por si lo están pensando a mí nunca me han dicho nada y mi diario me ha dado siempre total libertad. Aunque yo no pinto nada, claro, somos prensa de periferia. De todos modos si un día me dieran un toque ya se lo haría saber disimuladamente.

Entretanto tranquilos, a todos nos debe reconfortar que con Berlusconi triunfa el amor, como en los musicales, y con él uno siempre se está riendo. Y así es como empezamos con un par de pelotas y acabamos en el partido del amor, la última etiqueta que ha colocado a su formación. Todo hormonal, ya ven. Es el lenguaje de la publicidad, que ocupa los espacios muertos de la política y de la información. Que cada vez son más.

Para terminar, que no decaiga la fiesta y meternos ya en ambiente, un alegre musical bananero de ‘Polvere di stelle’ (Alberto Sordi, 1973), con Alberto Sordi y Monica Vitti y el célebre tema romanesco “¿Pero dónde vas si no tienes la banana?” (Ma ‘n do’ vai se la banana non ce l’hai?):


Feliz año a todos.

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