Hoy es el día del partido crucial Italia-Rumanía. En Italia hay un millón de rumanos, la principal presencia extranjera, y últimamente ha habido algún problemilla de demonización y racismo. Nada, los crónicos brotes fascistas de las sociedades desarrolladas. Esta mañana en el bar un capataz, italiano claro, bromeaba con uno de sus currelas rumanos: “Si ganáis os pago el café a los diez durante una semana… Pero si no, me lo pagáis vosotros a mí”. Estar en el extranjero, cobrando una miseria, puteado por los vecinos, con el riesgo de que te den una paliza en el metro y encima pagarle el café al jefe no debe ser lo máximo en esta vida, así que el rumano ha declinado amablemente.

Sobre cómo se vive un día de ‘partita’ en Italia es reveladora esta escena de ‘Eccezzziunale… veramente’ (Vanzina, 1982), descacharrante filme sobre las andanzas de varios ‘tifosi’ de distintos equipos, todos interpretados por Diego Abatantuono. Así se levanta un seguidor del Milan el día del ‘derby’…

Sinopsis: Esta vez no hay mucho que aclarar, salvo el trasfondo sociológico, que tiene mucha miga. Este ‘tifoso’ es el clásico emigrante del sur de Italia que vive en Milán con toda la familia, generalmente varios hermanos en 20 metros cuadrados. Es una especie de ‘Rocco y sus hermanos’ (Visconti, 1960), en versión cómica. En su obsesión por adaptarse al medio hostil, ser aceptados y crearse una nueva identidad, algunos de ellos se hacen más de Milán que los propios milaneses. En fin, imagino que es un fenómeno que les resulta familiar… Si no le entienden nada cuando habla no se preocupen, la mayoría de los italianos tampoco. Este ‘tifoso’, originario de Puglia (el tacón de la bota), intenta forzar el acento del norte pero le sale una cosa extrañísima, de efectos cómicos devastantes. En resumen, es un recuerdo de cuando los italianos también eran rumanos, incluso para otros italianos.