Cuando nos sentamos en un restaurante, hay muchos factores que forman parte de la ceremonia que rodea el acto de comer: son los manteles, los platos, los uniformes, la decoración de la sala, los cubiertos…
Uno de los elementos en los que menos nos fijamos es en la copas, que se pueden elegir por su material, altura, su brillo, su tacto en nuestros labios, color…
Sin embargo, pocas veces somos conscientes de que las copas nos sirven de chivatos en los restaurantes. Porque dependiendo de cómo se refleje en ellas la luz, podemos seguir todo lo que pasa nuestro alrededor.
Probadlo alguna vez, ya que comer fuera de casa puede resultar mucho más interesante.