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La villamaninita de la mina La Divina Providencia

Este largo otoño ha sido bondadoso en temperaturas y escaso en lluvias. Ideal para las salidas montañeras. Hace unas semanas lo aprovechamos para darnos una vuelta por los montes de León. El tiempo fue buenos, pero siempre sale un día que se tuerce. En esta ocasión durante una jornada la niebla y la llovizna nos expulsaron de las cimas.

Nuestra intención era la de merodear por las alturas de San Isidro, pero tuvimos que aplazar el recorrido de la zona del Lago del Ausente y Requejines y sus ‘dosmiles’ pelados, pero con excelentes vistas.

No queríamos desaprovechar la mañana. Tiramos del arsenal de guías montañeras y de mapas que siempre llevamos en el coche. Entramos en internet, y finalmente encontramos la solución para pasar el tiempo. Visitar la mina La Divina Providencia, en Villanueva de Pontedo, un pequeño pueblo en la carretera que sube por Matallana de Torío y Vegacervera hacia el puerto de Piedrahita y que acaba en el alto. Fue una obra de la República que no tuvo continuidad.

La mina es famosa (entre los geólogos y los coleccionistas) por la presencia en su paragénesis (los minerales que se extraen) de un complejo sistema de disulfuros del tipo de la pirita (disulfuro de hierro), entre los que sobresale la villamaninita.
La villamaninita en cuestión es un mineral (nada espectacular y difícil de distinguir para el profano) que tiene su localidad tipo en la Mina La Providencia y que probablemente es el más raro entre los que aparecen en la Cordillera Cantábrica.

Esta mina gemela de La Profunda, que se abre en la otra vertiente de la montaña, ya fue explotada con gran intensidad entre los años 1906 y 1914, aunque las labores se extendieron hasta el año 1926.

Se realizaron una serie de estudios mineralógicos en Londres y se construyó una planta de tratamiento que estuvo funcionando con gran intensidad entre 1920 y 1936, pero al comenzar la explotación de la zona de sulfuros, la compañía minera se encontró con problemas.
El mineral que enviaban a Inglaterra era refractario al proceso metalúrgico. Es decir que no tenía utilidad para extraer cobalto, que era el metal más buscado. Decidieron analizar las menas y así fue como en 1920 los químicos Schoeller y Powell descubrieron una nueva especie mineral. La denominaron villamaninita. Su fórmula es (Fe,Cu,Ni,Co) S2 .
Al comienzo de la Guerra Civil la mina ya no estaba en producción, pero al encontrarse en zona republicana sus instalaciones fueron arrasadas la Legión Condor, con base en el cercano aeródromo de la Virgen del Camino. Las bombas destruyeron el lavadero y resto de dependencias.
Además la mina se inundó y quedó en ‘standby’ hasta 1958. Ese año Electrólisis del Cobre, empresa basada en Palencia, comenzó la perforación de una galería de drenaje por debajo del nivel de las labores antiguas. No debieron de considerarlo rentable, porque cesaron los trabajos antes de llegar a la zona mineralizada. Y hasta hoy.
El túnel de perforación, ahora desagüe, aparece escondido por la maraña y protegido por una tapia de ladrillo agujereada, justo (derecha) del inicio del camino de subida a la mina. Junto a las ruinas de lo que fue una casa ¿de vigilancia?. Un poco más arriba se mantiene derecha la caseta que albergaba la central eléctrica. En Villanueva aún quedan vecinos que trabajaron en la zapa de este túnel. Basta con preguntar y aparece alguno que fue minero. Nos contarán esa y otras muchas historias de tiempos ya pasados. Se acuerdan de cuando los edificios de la mina estaban enteros, con techo y servían para abrigarse. Ahora no tienen utilidad e incluso resultan peligrosos.

Subir a la mina (1.435 m) es una tarea sencilla. El complejo se encuentra en el paraje denominado La Foceja, a 2 Km al Oeste del pueblo. Se alcanza por una pista que sube de la parte más alta de Villanueva. Es ancha, bastante pendiente y se conserva en buen estado. Hay que prestar atención a las vacas, que pastan en libertad.
Llega hasta la casa en ruinas y sube (izquierda) hasta un rellano herboso donde encontramos la presa del lavadero. Está reventada y rellena de piedras. Más arriba aparecen los muros arruinados de lo que fue una gran y rentable explotación minera: La Divina Providencia.
Nos dimos un paseo por las escombreras, exploramos la entrada de alguna de las galerías mineras que aún se abren en la pared de la montaña y partimos algún bloque mineralizado en la búsqueda de villamaninita, sin éxito. Sí encontramos pedacitos de óxidos de hierro, manganeso (pirolusita), fluorita, malaquita y otros minerales de cobre.
El camino que lleva a la mina continúa hasta el collado de La Carba, a 1.800 metros de altura. En los alrededores se elevan varias cimas de casi 2.000 metros ,que dejamos para otra ocasión.

El mal tiempo no nos permitió más aventuras.
En Villanueva no hay bar. En cambio hay un club social que abre por las tardes y donde se puede tomar un vaso de vino. También hay dos casas rurales: La Odisea I y II, que ocupan el edificio de lo que fueron las escuelas.
Información detallada de la mina y los minerales en www.foro-minerales.com
Fotos de BORJA MUÑOYERRO

Por Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro

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