Día de nervios en el campo base del Everest. Y todo por culpa de la meteorología. En realidad, los habituales de este campo llevan desde que comenzó la temporada avisando que está siendo una primavera bastante rara. Primero hizo mucho -demasiado- frío y ahora está habiendo una inestabilidad inusual. El resultado es que los meteorólogos que ofrecen sus partes a las expediciones no se ponen de acuerdo. Y eso desconcierta a los alpinistas.

Por ejemplo, un nutrido número de alpinistas se han tenido que dar la vuelta hoy en la cima sur, nada menos que a 8.700 metros de altitud, porque el fortísimo viento les ha impedido continuar subiendo. Y cerca de otro medio centenar de ‘clientes’ y sherpas que se encontraban en los campo 3 y 4 dispuestos a atacar la cumbre el fin de semana también han tenido que abortar sus planes, darse media vuelta y descender a campos inferiores, e incluso al CB, a la espera de que mejore el tiempo. Entre los afectados está el vizcaíno Unai Llantada, que hoy ha llegado hasta el C-3, pero la vista de la que estaba cayendo ha decidido volver al CB con su sherpa Karme y esperar a una ventana de buen tiempo con más garantías de acierto.

Estos ‘fallos’ en las previsiones meteorológicas suponen un duro golpe para las ‘comerciales’, ya que hay mucho dinero y prestigio en juego para ellos. Desde botellas de oxígeno consumidas hasta la competencia que mantienen por ver cuál de ellas sitúa a más clientes en la cumbre. De momento, la cifra de cumbres desde que hace una semana 8 sherpas y un guía europeo llegaron a la cima equipando la ruta asciende a 30, que serán más, porque algunas ‘comerciales’ tienen la mala costumbre de olvidarse de los sherpas al contabilizar las cumbres de sus ‘clientes’. El año pasado, para que os hagáis una idea de la importancia de los sherpas (no me cansaré de repetirlo) hubo 510 cumbres en el Everest y más de 300 fueron de sherpas.

Por el momento, a la expedición de Edurne estas incertidumbres meteorológicas no le afectan. Acaban de llegar de terminar la aclimatación y hasta dentro de tres o cuatro días no empezarán a pensar en serio en e ataque a cumbre. Será ése el momento en el que empezarán a escudriñar con nervios los partes que les manda el portugués Vitor Baia.

Todo lo contrario que Juanito Oiarzabal, Carlos Pauner, Carlos Soria y la pareja Isabel García y Roberto Rodrigo. Todos ellos tienen como destino el Lhotse y ya han tenido que modificar los planes una par de veces ante los partes contradictorios que manejan. El más nervioso es Juanito Oiarzabal, que ayer se bajo hasta Gorak Shep, último punto habitado camino del campo base, a hora y media de marcha, para calmar los nervios y soltar las piernas. El vitoriano tiene que estar en casa el día 29 para el último programa del ‘Conquistador del fin del mundo’ y además no quiere alargar mucho la expedición ya que a mediados de junio parte hacia el Nanga Parbat.

Y hablando de programas, hemos visto después de cenar en ‘exclusiva’ el capítulo que se emitirá el domingo de la serie ‘Desafío 14+1’ (La 2, 21.00h.) que muestra precisamente esta expedición de Edurne. Este capítulo cuenta la segunda parte de la marcha de aproximación, hasta la llegada al campo base. A mí me ha gustado. Tienen un ritmo muy vivo.

Por lo que respecta al día a día del CB, hoy estoy bastante contento. Ha habido revisión médica general y yo he dado unos parámetros bastante buenos, sobre todo en la tensión, que me ha bajado a 13,5/9,5. En saturación de oxígeno estoy en 83, con 73 de pulsaciones, una combinación nada mala tendiendo en cuenta que vamos ha hacer un mes por encima de 5.000 metros de altitud. La colada la he pospuesto (espero que a mañana) porque no hemos visto el sol prácticamente en todo el día, y no es plan lavar la ropa y que se quede como cubitos de hielo. Y en cuanto a la tienda, por fin le he sacado partido a la ‘reforma’ de hace unos días. He dormido muy bien y de un tirón, aunque para ellos haya tenido que desplazar la colchoneta hasta una esquina de la tienda y esté un poco encajonado. Pero demos por bueno el cambio ante los resultados. Ahora espero que se me quite pronto el dolor que tengo en el costado derecho por las dos noches de ‘reajustes’ que he tenido.

PD: perdonad si estos últimos días no he incluido fotos, pero es que me lleva muchísimo tiempo editarlas y volcarlas en el blog al no poder hacerlo en mi ordenador. Y a esta hora (son casi las once de la noche aquí) y en la tienda a bajo cero sinceramente no me quedan muchas ganas. Espero poder hacerlo más adelante según vaya cogiendo soltura en el manejo de los Mac que me dejan Ferran y Nacho (nunca podré agradecerles lo suficiente lo que están haciendo por mí).