Estaba cantado. Era cuestión de tiempo. Navarra lleva ya varios años haciéndolo y ahora la limitación se empieza a extender. Hablo de las limitaciones en la recogida de setas que ahora llega a Alava. Según cuenta mi compañero Adolfo Lorente en la edición de ayer, después de analizar la problemática y de consultar con expertos, la Diputación publicará «en breve» una orden foral en la que limitará la recolecta de hongos y otras especies a dos kilos por persona y día. El gobierno foral ha optado al final por no establecer cotos donde se cobre un canon económico de tres, cuatro o cinco euros por utilizar el monte, como ya existen en Navarra o en el Condado de Treviño, y ha decidido limitar sólo la cantidad. Frutos silvestres, plantas y flores también serán objeto de esta normativa, restringiendo su recogida en estos dos últimos casos a «un manojo».
La ordenanza alavesa es la primera de esta importancia que se aprueba en el País Vasco. Los montes vizcaínos y guipuzcoanos carecen de una regulación de estas características, por lo que hipotecan su suerte al buen hacer de excursionistas ‘profesionales’ y domingueros ocasionales. Demasiado riesgo.
La recogida indiscriminada de setas, como denuncian expertos, ecologistas y mandatarios locales, es una práctica habitual en los bosques, lo que provoca un reguero de «devastación» del medio natural. «Hay gente que hace auténticas barbaridades», denuncia Javier Mateo, presidente de la sociedad micológica Laudio.
Efectivamente, siempre queda un regusto amargo cuando se tiene la sensación de que se intenta poner puertas (o cerrojos, o cotos) al campo, pero la situación se había vuelto insostenible. Muchos aficionados habían convertido lo que debía de ser un pasatiempo en negocio, a lo que han sumado avances como el GPS.
En los últimos tiempos, cualquiera que frecuente los montes hemos podido ver a cuadrillas peinando zonas enteras y esquimándolas de setas. Por no hablar de los ‘profesionales’ que se desplazan desde Cataluña, donde la actividad está perfectamente regulada y limitada.