Dos veces he subido al Gaintxipia (621 m.), una cima ‘centenaria’ de final calizo perteneciente a los montes de Izarraitz, en el valle de Lastur. En ambas he recorrido la ruta que parte del caserío Abeletxe y alcanza el collado de Leizeta (530 m.), al Este de Gaintxipia.
Lo más curioso de este paso de montaña, en el camino hacia Otarre, es una calera que se mantiene en su puesto. Merece la pena darse la pechada por la pista que remonta el pinar sólo por verla.
Pero lo que me ha impresionado no ha sido la calera, sino el magnífico caserío Ereintza, con la parte posterior -la correspondiente al pajar y cuadra- arruinada, que levanta sus muros en medio de un grupo de hayas centenarias. Se encuentra en un paraje sensacional. Venteado y con fuente, aunque bastante alejado de otros grandes caseríos de la zona.
En su tiempo fue un caserón de tamaño descomunal. Acogió sin ninguna duda a varias familias y por su estado de conservación, parece que debió de quedar abandonado después de la Guerra Civil. Cuando lo visité por segunda vez (en 2007), me picó la curiosidad. ¿Por qué fue abandonado? ¿A quién pertenece o pertenecía? fueron algunas de las dudas que me asaltaron.
Quizá fue una venta que perdió negocio o simplemente, que se deshabitó porque en aquellos altos había poco beneficio, salvo pastorear ovejas. Quizá algún lector me pueda sacar de la duda. Se lo agradeceré.