Rumor: Entre el Bilbao Basket, la Diputación Foral de Vizcaya y el Bilbao Exhibition Centre se ha formado un triángulo que, menos amoroso, es cualquier cosa. La tensión se palpa por los pasillos. O, mejor dicho, por los salones. Hace algunos días, mientras se celebraba la presentación del equipo de baloncesto en el palacio foral, en una esquina, el director del BEC, José Miguel Corres y el principal accionista del equipo de baloncesto, Gorka Arrinda, se decían de todo. Alguien que estaba cerca de ellos y que pudo medio escuchar, medio leer los labios, aseguran que el cruce de frases es irreproducible en un medio al que tengan acceso los menores. Vamos, como la última rueda de prensa de Maradona, pero en versión euskaldún. El conflicto, al parecer, es que el BEC no se siente satisfecho con la factura que para la Diputación por el uso del Bizkaia Arena en los partidos del equipo y quiere cobrar los “extras”. Y los extras son algunos miles de euros por partido. Conflicto: El que destaparon en público recientemente el vocal del Tribunal Vasco de Cuentas y ex alcalde de Bilbao, José María Gorordo y el presidente de la institución Ignacio Martínez Churiaque. En unas jornadas organizadas por el Instituto de Censores Jurados de Cuentas en Bilbao, Gorordo acusó a Churiaque, en público, de menospreciar el trabajo de los vocales que ya estaban en el Tribunal antes de llegar él. Y a partir de ahí ambos se enzarzaron en una discusión un tanto estéril. Rumor: Una importante institución del Estado, cuya actividad está directamente relacionada con la economía, se ha acercado discreta y amigablemente al PNV para pedirles un favor. El recorte que les ha pegado el Ministerio del que dependen, en el Presupuesto para el próximo año, es de los que te dejan temblando. Así que el mensaje a los parlamentarios nacionalistas es algo así como. “¿No podíais presionar vosotros para que nos aumenten el presupuesto? Al fin y al cabo las empresas vascas también se benefician de nuestra actividad”. Como les pille el servicio de espionaje del CNI, a los de la institución en cuestión se les puede caer hasta la peluca. Despedida: Alonso Aznar Botella, hijo del expresidente del Gobierno del PP, ha abandonado la práctica del rugby. ¿La razón? Nada especial, simplemente se ha cansado de recibir leña, a sabiendas de que una parte de los placajes pasaditos de tono que le hacían no eran deportivos sino, digamos, de índole político-festivo. Alonso jugaba hasta el final de la pasada temporada en uno de los equipos de más tradición en el rugby madrileño. Me cuentan que, incluso, para el resto de jugadores del equipo, imponía un poco participar en los entrenamientos y placarle bajo la atenta mirada del escolta que, desde la línea de banda, no quitaba ojo a las jugadas. Le describen como un “tipo normal” y quizá le faltaba algo de cuerpo para un deporte en el que este aspecto es crucial. No ha perdido, sin embargo, el contacto con el club ni con sus jugadores. Asiste a los partidos, eso sí, desde la grada y no se pierde las fiestas del equipo. Alguien me preguntará qué tiene de económico este asunto para contarlo aquí. Pues nada…. pero ‘todo es bueno para el convento’.
¿Austeridad?: Todos los que están en la foto de arriba acudieron la pasada semana al Congreso, al debate sobre la toma en consideración de la proposición sobre el mal llamado ‘blindaje’ del Concierto, en representación de las instituciones o del PNV. Es la foto de familia de los nacionalistas –de los del PNV, al menos- antes del evento. Excepto algunos, como es el caso de Gatzagaetxebarria, a quien correspondió defender la propuesta desde la tribuna y los que son parlamentarios, el resto, o estaban de visita o en eso que se llama representación institucional. Y, digo yo. En estos tiempos de crisis, descenso del 20% en los ingresos de las haciendas forales y consiguiente subida de impuestos, ¿es necesario que vayan tantos ojeadores? Si multiplicamos el número de ‘visitantes’ por los consiguientes billetes de avión o trayectos en coche; movimientos de chóferes, coches de alquiler –en algunos casos- e incluso escoltas –en otros-; le añadimos un puñado de jefes de gabinete y asimilados, que también estaban, y le ponemos además una noche de hotel para todos, cenas incluidas…, teniendo en cuenta que a esta peña –a mí también me pasa- no les gusta alojarse en ‘la Fonda del Sopapo’, sino en un hotel muy estrellado, nos sale una cantidad más que decente. Y eso que el servicio de internet del Congreso permitía seguir el debate y las intervenciones en directo. Definitivamente, la idea del ahorro y la economía de guerra no ha llegado a algunas instituciones y a algunos responsables públicos.