Quizá por el mismo afán de sacarle todo su jugo, también es el PNV quien más lo ha puesto en peligro, hasta el punto de cometer algunos excesos normativos en materia fiscal, que han acabado por colocar el texto y sus derivadas sobre la mesa del Tribunal de Luxemburgo. Bien es verdad que la jugada mayor, de alto riesgo, salió con nota de sobresaliente, pero también lo es que durante muchos meses fueron muchos los que contuvieron la respiración ante la posibilidad de que la Corte Europea dictaminase que algunas de sus peculiaridades, en concreto al concesión de capacidad normativa fiscal a las diputaciones, no tenían cabida en Europa. Las jugadas ‘pequeñas’, como la concesión desmedida y discriminatoria de incentivos fiscales a algunas empresas, han salido casi todas mal. Daewoo, Ramondín o las ‘vacaciones fiscales’ son un buen ejemplo de ello.
Pues bien, llegado el día en que el Congreso va a votar la toma en consideración de eso que se llama ‘blindaje del Concierto’, que no es sino una protección para las normas forales, con el objetivo último de que sean tratadas como cualquier otra ley -las diputaciones y sus juntas generales no pueden elaborar leyes-, de nuevo es el PNV quien tendrá el protagonismo de lo que se consiga. Se ponga como se ponga el PSE -que en los últimos días ha hecho esfuerzos denodados para tener un protagonismo público que no se ha ganado en el terreno de juego-; le guste o no al PP, si las normas forales llegan a tener el tratamiento de las leyes, será gracias al concurso de muchos pero, sobre todo, a la machacona cabezonería del PNV. Es una de sus señas de identidad y también de sus activos.
¿Chantaje? ¿Tu apruebas el blindaje yo te respaldo los Presupuestos del Estado y te doy un poco de oxígeno en la controvertida política madrileña? Puede usted llamarle como quiera. La semántica, en política, importa bastante poco. Al PNV hay que reconocerle la maestría en la cuestión, hasta el punto de haber consolidado un auténtico virtuosismo en el papel de partido bisagra en Madrid. El bazar permanente. El tú me das y yo te doy, fue la vía por la que un día nació el operador vasco de telecomunicaciones Euskaltel; también por la que las diputaciones forales accedieron a la posibilidad de recaudar los impuestos especiales o a legislar sobre el Impuesto de Sociedades y el IRPF. Por cierto, un paquete arrancado -¿chantaje?- por Juan José Ibarretxe al mismísimo Jaime Mayor Oreja, una tarde en Burgos y tan sólo unos días antes de que los nacionalistas apoyasen la investidura de José María Aznar como presidente del Gobierno.
¿Tiene precio el blindaje? El bazar está abierto.