Los ayuntamientos del País Vasco aún están tratando de digerir la noticia de que el Gobierno vasco va a pagarles la contratación de hasta 7.000 parados, a los que pagará un salario neto de, aproximadamente 1.200 euros al mes, durante un periodo de seis meses. El anuncio lo ha hecho esta semana el lehendakari del Gobierno vasco, Patxi López, en la presentación de un plan de actuación contra la crisis -hace ya tiempo que a cualquier cosa se le llama plan anti-crisis- bautizado con el nombre ‘+ euskadi 09’.
La ausencia de detalles en algunos aspectos clave, como es esta iniciativa en torno a los parados o el caso de los ‘renove’ de muebles, etc., transmite la sensación de que el Ejecutivo -debe haber epidemia nacional- ha improvisado más de la cuenta. Vivimos en una sociedad tan mediática, que ya se da tanta importancia o más al verbo ‘anunciar’ que al ‘hacer’. Quizá, responde a la ansiedad de ofrecer la imagen de que el Gobierno hace algo, frente a las acusaciones de inacción veraniega.
Vayamos por el lado positivo. La contratación de 7.000 parados, de saque, tiene algunas consecuencias positivas. De un lado, se devuelve al lado activo del mercado laboral a un número de personas que equivale al paro generado en Euskadi entre los meses de enero y julio. En segundo lugar, esos 7.000 parados acumularán durante seis meses una contribución al INEM, que les puede permitir generar en el futuro nuevos derechos a recibir la prestación por desempleo. El lehendakari dio otra razón que resulta dudosa o que, al menos, es cuestionable en función de cómo se organice esta operación. Es mejor tener a una persona en activo, vino a señalar Patxi López, que subsidiada. Completamente de acuerdo pero…, algo me dice que estamos ante subsidios y no en presencia de contrataciones reales.
Vayamos ahora por el lado ‘oscuro’. ¿Y qué hago yo ahora con 7.000 personas, de formación variopinta o en muchos casos inexistente, sin someterlas previamente a un proceso de formación adecuado? ¿Qué cometido les adjudico? Esa es, me imagino, la pregunta colectiva que se han hecho desde el martes la totalidad de alcaldes de la comunidad autónoma. Recuerdo que en la crisis de principios de los 90, algunos ayuntamientos pusieron en marcha iniciativas similares. Prácticamente el 100% de los contratados fueron destinados a la limpieza de montes. No se les ocurrió otra cosa.
El asunto tiene miga. Asumir la responsabilidad de dar trabajo a 7.000 personas supone, además, gastar o invertir dinero en el material que utilizarán, la propia ropa de trabajo, etc. Y por lo que uno escucha estos días a los representantes municipales, las corporaciones locales no están para el más mínimo gasto. Ni el de los buzos de trabajo. Más bien al contrario, están para hacer recortes.
Así las cosas, me temo que los contratados pasarán a ser subsidiados. Algo así como “mira, te pagamos este dinero al mes, todos contentos, pero no hace falta que aparezcas”.
También es verdad que si yo fuese alcalde, le diría al Gobierno que no me mande ayudantes, que tengo mucho trabajo. O, dicho de otro modo, le animaría al Ejecutivo a que sea él quien contrate a los 7.000 parados.