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Avestruces acalorados

Cualquiera que se haya visto un avestruz se habrá percatado de que tiene abundante plumaje cubriendo su cuerpo y alas y dejando tan solo desnudos el cuello, la cabeza y las patas. Y quizás le haya sorprendido, porque al fin y al cabo, el plumaje, como ocurre con el de los gorriones, es un aislante excelente. Si el plumaje de los gorriones evita que pierdan calor, qué función desempeña ese plumaje en un animal que vive en zonas cálidas. ¿No evitará que se pierda el calor que de hecho conviene que se pierda?

La respuesta es que no. El plumaje aisla, en efecto, pero en este caso aisla evitando que se gane calor. Esa es la función que cumple en los avestruces. El avestruz genera una gruesa capa de aire extendiendo las plumas cuando hace calor; bajo esas condiciones, el plumaje pasa de tener 2 a tener 10 cm de grosor. Las excepciones, como ya he señalado, son las patas, el cuello y la cabeza; las patas y el cuello no son zonas críticas desde el punto de vista del control térmico, pero la cabeza sí lo es, ya que es preciso regular con precisión la temperatura encefálica. Gracias en parte al aislamiento que proporciona el plumaje, consiguen regular su temperatura corporal y mantenerla constante a temperaturas ambientales de hasta 51ºC. Dudo que haya ningún otro vertebrado con tanta tolerancia al calor.

El aislamiento no es el único mecanismo implicado en esa gran tolerancia térmica. Al fin y al cabo, el propio metabolismo del animal constituye una fuente de calor, y el plumaje, del mismo modo que evita la ganancia desde el exterior, conserva el que se genera en el interior, con lo que el riesgo de sobrecalentamiento existe. Cuando la temperatura ambiental excede los 38-39 ºC los avestruces han de recurrir a otra vía para evitar el sobrecalentamiento, la de la evaporación. Los avestruces, como el resto de las aves, no sudan; por ello, la única posibilidad de que disponen para refrigerarse mediante evaporación consiste en recurrir a las superficies respiratorias. Por eso, el mecanismo utilizado por estas aves para disipar calor cuando la temperatura ambiental alcanza valores muy altos consiste en jadear, igual que hacen los perros y otros mamíferos. También los avestruces elevan la frecuencia de jadeo cuando necesitan refirgerarse, pero lo hacen a un ritmo muy inferior al que vimos aquí en su día en los canes. La frecuencia de movimientos respiratorios pasa en los avestruces de 5 a 45 min-1 cuando necesitan disipar calor por evaporación. Además, ese es el mecanismo que les permite regular la temperatura cerebral, pues los capilares sanguíneos que irrigan los epitelios respiratorios conducen la sangre “fresca” directamente al cerebro

Por Juan Ignacio Pérez

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julio 2011
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