Quien haya cogido en sus manos un pajarillo o un ratón se habrá percatado de que su corazón late a un ritmo muy rápido. Se contrae a una altísima fecuencia. Parte de la culpa la tendrá, quizás, el encontrarse en las manos de un animal mucho más grande: no debe de resultar nada tranquilizador ese estado. Pero incluso si descontásemos ese factor, el ritmo al que late el corazón del pajarillo o el ratón es altísimo.
Si, por el contrario, auscultásemos a un elefante, enseguida nos percataríamos de que su corazón va muy despacio. Hay una diferencia enorme entre el latido de un gorrión y el de un elefante, y eso ocurre porque la frecuencia a la que late un corazón depende del tamaño del animal. Los de animales pequeños laten muy rápido y lo contrario ocurre con los corazones de los animales grandes. Así pues, el metabolismo no es la única función que varía con el tamaño; de hecho, tasa metabólica y frecuencia cardíaca varían con el tamaño del mismo modo, de acuerdo con la misma función. La relación entre la frecuencia de latido (fh: min-1) de un mamífero y su tamaño (W: kg) es la siguiente: fh = 241 x W-0’25.
La musaraña etrusca es el mamífero más pequeño que se conoce. Tiene 2 g de masa y para que nos hagamos una idea de su tasa metabólica, baste con el dato de que necesita comer al día 2’6 g de alimento. Esto es, come cada día una cantidad equivalente al 130% de su masa, y hay que tener en cuenta que su dieta la componen insectos y pequeños gusanos.
El corazón de una musaraña etrusca late a una velocidad difícil de imaginar y difícil de creer: ¡1.200 latidos por minuto! Y eso gracias a que el corazón de la musaraña es relativamente grande; es muy pequeño, claro está, pero en comparación con su tamaño corporal es grande. En los mamíferos, el corazón viene a tener una masa que supone un 0’6% de la corporal. Si la musaraña etrusca tuviera un corazón en proporción, sería de 0’012 g, cuando en realidad es de 0’035 g, tres veces mayor. Pues bien, gracias a ese tamaño tan grande el corazón no se ve obligado a latir a una frecuencia de 3.500 min-1 (latidos por minuto), frecuencia que, probablemente, no podría alcanzar. De esa forma, lo puede hacer a un ritmo tan bajo como los 1.200 min-1, o lo que es lo mismo, ¡20 latidos por segundo!