¡Monumental el lío que se ha organizado con el proyecto de Ley de Economía Sostenible y los internautas! Resulta que la ministra de Cultura aseguró que algunas páginas web podrían ser cerradas sin ser necesaria una orden judicial; la venia de un “comité de expertos” sería suficiente para ello. El revuelo provocado por esta pretensión obligó al presidente Zapatero a rectificar a González-Sinde y negar la mayor. Ya se habla de la posible dimisión de la ministra del ramo. Más allá de este hecho concreto, pensemos en el papel que están ejerciendo últimamente los ministros y su relación con la imagen de Zapatero.
Durante la crisis del ‘Alakrana’, el peso inicial de las negociaciones lo llevó Carme Chacón, que sufrió un considerable desgaste -merecida o inmerecidamente- como consecuencia de la fuerte presión ejercida por los familiares de los marineros. A continuación, creció el protagonismo de De la Vega como presidenta del comité de crisis. Sus roces con la responsable de Defensa han sido puntualmente reflejados en los medios, lo cual no ha servido si no para desenfocar aún más la imagen de la joven Chacón frente a la experimentada vicepresidenta. El último en llegar a las negociaciones fue el veterano Moratinos, de amplia experiencia en asuntos internacionales. No le dio mucho tiempo a rebajar su imagen, porque la liberación se produjo en el mismo momento en que se encontraba negociando en Roma con representantes de Somalia. Lo curioso del caso es que durante todo estos vaivenes, el presidente Zapatero se hallaba inmerso en una serie de viajes para preparar la Presidencia de la UE. Sólo muy al final, cuando la situación parecía encauzada, se refirió abiertamente a la situación para pedir calma y discreción. Sorprendentemente, fue él mismo el encargado de confirmar la liberación de los marineros y no alguno de los ministros que se había encargado del caso. Un tanto para el presidente.
Algo similar ha ocurrido con el Ministerio de Ciencia e Innovación. Cuando se incorporó Cristina Garmendia, la idea de un cambio de modelo económico hacía de esta cartera una de las más apetecibles. Sin embargo, los Presupuestos de 2010 recogen un recorte del 15% que ha indignado a los científicos y provocado las críticas de ‘Nature’ . El desgaste, una vez más, se centra más en la ministra que en el presidente. ¿Por qué no ha dimitido ante esta situación? ¿Por qué su número dos acaba de ser destituido por sus desavenencias con la ministra y ella sigue en el cargo?
Y el último caso es el de Cultura. ¿Sabía Zapatero que González-Sinde pretendía ceder a las presiones de la SGAE? ¿A qué viene esa inmolación pública para que un día después salga al presidente a calmar la ira de los internatutas?
¿Qué conclusiones se pueden sacar de todo esto? Dos son las posibilidades que se me ocurren: 1) descoordinación en el Ejecutivo, pues los ministros plantean iniciativas sin la anuencia del Presidente, con lo que cabría preguntarse para qué sirven los consejos de Ministros que se celebran todos los viernes, y 2) Zapatero inmola a sus ministros, generalmente de escasa jerarquía (ni Chacón, ni González- Sinde, ni Garmendia son Rubalcaba o De la Vega) para lanzar globos sonda y acabar rectificando él en persona y ganarse la aprobación de los sectores agraviados (internautas, familiares…). En cualquiera de los dos casos, el proceso de trituración de ministros sigue adelante, dejando la impresión de que el Gobierno consta sólo de un presidente, una vicepresidenta y un ministro de Interior.