¿Recuerdan aquel partido en el que Javier Clemente alineó a Molina de interior en un partido de la selección contra Noruega? Ocurrió el 24 de abril de 1996 y supuso el debut de Molina como internacional. “Hay que estar preparado para todo”, dijo entonces el meta valenciano. Pues resulta que algo similar sucedió en el Athletic y las consecuencias fueron muy diferentes para el entrenador, ya que fue despedido de forma fulminante.
Ferdinand Daucik llegó al Athletic procedente del F.C. Barcelona en la temporada 1954-55. En el club blaugrana logró, entre otras títulos, dos ligas y tres copas en cuatro temporadas, y en el Athletic continuó con sus éxitos al hacerse con una liga, dos copas y firmando el exitoso debut de los rojiblancos en la Copa de Europa , donde superaron al Porto y al Honved para caer en la ronda de cuartos ante el Manchester United. En resumen, un auténtico ganador este entrenador de origen checoslovaco que terminaría nacionalizándose español.
El caso es que el 30 de mayo de 1957, el Athletic disputó en San Mamés un partido amistoso contra el Burnley ingles. El carrusel de cambios en que se suelen convertir estos encuentros hizo que Daucik cambiara a Carmelo Cedrún, el portero y padre de Andoni Cedrún, por Lezama al poco de comenzar el segundo tiempo. El problema vino cuando a diez minutos del final y con 1-4 a favor de los ingleses, se lesionó Canito. El entrenador, que sólo contaba con el mencionado Carmelo en el banquillo, pidió a éste que fuera al vestuario para pedir a algún jugador que volviera al campo. Sin embargo, todos se habían cambiado ya y para no quedarse con diez, Daucik decidió situar al meta como extremo durante los diez últimos minutos.
La sorpresa de San Mamés fue mayúscula y la Junta Directiva dirigida por Enrique Guzmán no tardó en reaccionar. Dos días después se anunciaba la destitución de un técnico que había sido renovado para la temporada siguiente. Ésta fue la consecuencia de la ocurrencia de poner a un portero de extremo.