Un estudio realizado en Estado Unidos revela que el gorrión melódico es más agresivo a la hora de defender su territorio que sus congéneres rurales
El estresante ritmo de la ciudad puede llegar a agriar el carácter de cualquiera. También el de las aves. Una investigación publicada recientemente en la revista científica Biology Letters revela que los pájaros que viven en entornos urbanos son más agresivos a la hora de defender su territorio que sus congéneres de campo.
Los investigadores del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia (Balcksburg, EEUU) que han conducido el estudio sugieren que el comportamiento más violento de los pájaros urbanos se debe a que cuentan con menos espacios pero más recursos para defenderse: vivir entre humanos proporciona mejor alimento y refugio pero acarrea mayor competencia para hacerse con esos recursos, más limitados. La noticia ha sido recogida por la Sociedad Española de Ornitología.
Los científicos, adscritos al College of Science de la institución, midieron en nivel de agresividad territorial de machos de gorrión melódico (Melospiza melodia), una especie muy extendida en Norteamérica, en diferentes áreas rurales y suburbiales de la región de New River Valley (Virginia, EEUU).
El método de trabajo fue tan sencillo como efectivo: los autores del estudio reprodujeron en cada espacio la grabación del canto de un gorrión melódico y observaron las reacciones de los habitantes de la zona ante la intrusión. En los puntos más urbanizados, los gorriones se acercaban más al altavoz, batiendo sus alas furiosamente, y se unían al canto fuerte del altavoz para después iniciar un trino más apagado que los investigadores asocian con un ataque inminente. En el caso de los gorriones de campo, el vigor de la reacción era sensiblemente inferior.
En 2050, se prevé que la población mundial alcance los 9.600 millones, de acuerdo con las estimaciones de la ONU. Multitud de animales, y, en particular, de aves han aprendido a vivir en entornos urbanizados y todo parece indicar que la expansión del ser humano hará que más especies deban adaptarse a su presencia. Por ello, como apunta esta investigación, es preciso analizar las variaciones de su comportamiento y garantizar que las ciudades y suburbios sean espacios amigables para la biodiversidad.
La presencia y bienestar de las aves son indicadores de la salud de un hábitat. Si no es bueno para el gorrión común, nombrada Ave del Año por SEO/BirdLife para llamar la atención sobre su declive y la necesidad de apostar por naturalizar las ciudades y devolver la vida a los campos, no es bueno para el ser humano. De acuerdo con los datos que maneja la organización ambiental, recogidos en el programa Sacre, las aves urbanas han perdido un 18% de sus efectivos en los últimos veinte años.
Gorriones “estresados”
“El estudio viene a refrendar lo que otras investigaciones ya han señalado: las ciudades pueden ser entornos hostiles para la avifauna. Una investigación de la Universidad Complutense, publicada en Ecological Indicators, explicaba el impacto de la contaminación sobre las aves urbanas y apuntaba que, comparadas con sus congéneres residentes en la periferia o en ámbitos rurales, sus condiciones físicas eran mucho peores”, sostiene el coordinador del Área de Seguimiento de SEO/BirdLife, Juan Carlos del Moral.
“Los gorriones del centro de Madrid, por ejemplo, presentan anemia y sus sistemas de defensa parecen alterados. Respiran la misma contaminación atmosférica y están sometidos al mismo nivel de ruidos que quienes residimos y trabajamos en la capital”, añade.
Para conocer con detalle el estado de las aves en entornos urbanos, SEO/BirdLife ha iniciado en 2016 su programa Sacre Urbano, que realiza seguimiento de la avifauna de ciudad. Esta iniciativa de ciencia ciudadana permitirá a la organización ambiental tomar pulso al patrimonio ornitológico de las ciudades, un indicador de la calidad ambiental de cada población.
La siguiente convocatoria de Sacre urbano será la próxima primavera.