El fundador de la Sociedad Española de Ornitología cumpliría hoy 100 años
Inventó el concepto, ornitología de alpargata, hoy conocido como ciencia ciudadana
La conservación de la naturaleza en España va ligada a un nombre que puso los cimientos de la ornitología y la ciencia ciudadana –cuando todavía no se llamaba así- en nuestro país. Es Francisco Bernis, fundador de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), y hoy habría cumplido cien años.
La historia de este profesor –un gran desconocido por la sociedad a pesar de sus enormes aportaciones al mundo de la cultura ecológica española y también europea- comienza en Salamanca en 1916. Licenciado en Ciencias Naturales (1941), domina el mundo de la geobotánica, a la que se dedica entre 1944 y 1950, pero sin perder de vista nunca su labor investigadora de campo relacionada con las aves. Ya con 18 años comienza a muestrear localidades de Ávila, y un poco más tarde, desde la trinchera a la que le aboca la Guerra Civil Española, aprovecha el periscopio del tajo y el telémetro de una batería antiaérea para controlar la migración y presencia de vencejos y otras aves en vuelo.
Todos los estudiosos y aficionados a las aves en España deben mucho a Francisco Bernis. Tras ser profesor en Lugo durante unos años, en 1954, con 38 años, ve cumplidos dos grandes objetivos, la fundación de la Sociedad Española de Ornitología (actual SEO/BirdLife) y la publicación del Prontuario de la avifauna española, el primer tratado que recoge los nombres científicos y españoles de las aves de España y Portugal.
Franco y Doñana
En aquellos tiempos el retraso en materia ornitológica y conservacionista era importante. Las publicaciones especializadas procedían de estudiosos extranjeros y las poblaciones de aves nativas sufrían grandes impactos negativos de la mano de la caza abusiva, la persecución de las denominadas “alimañas” –con frecuencia mediante la estricnina-, la destrucción de los bosques o la desecación implacable de lagunas y marismas.
Precisamente vinculado a este último punto se produjo un hecho notable que trajo como consecuencia la protección de Doñana. Fue Francisco Bernis el que redactó una carta que fue enviada a Franco y en la que se hablaba de las consecuencias negativas que tendría la plantación de eucaliptos en este espacio. “Documento –apunta el periodista y escritor Joaquín Fernández en el libro 50 años de defensa ambiental – de gran altura literaria e inusitada valentía agazapada en la formalidad de las reverencias” que concluía diciendo “El eucalipto convierte la tierra en desierto” (era el año 1953).
Modernidad pedagógica
En 1956, con 40 años, obtiene la cátedra de Zoología de Vertebrados de la Universidad Complutense de Madrid, donde llega a dirigir veintitrés tesis doctorales y catorce tesinas sobre ecología de vertebrados terrestres, faunística, migración, zoogeografía, osteología, aves cinegéticas e ictiología. Fue vicedecano de la Facultad de Biología (1982-1984) y, tras su jubilación (1985), profesor emérito. Fallece en noviembre de 2003 en Madrid.
“Frente al aislacionismo franquista –relata Joaquín Fernández- que también afectó a la Universidad, Bernis tenía interés por estar al día y estrechar relaciones internacionales, como un rasgo inequívoco de su modernidad pedagógica”. Así, participó en grandes congresos mundiales de ornitología, algunos de los cuales, como la Conferencia Ramsar sobre Zonas Húmedas (1971), dieron pie a convenios y tratados fundamentales para el conservacionismo internacional.
Ornitología de alpargata
Junto a su visión de puertas para fuera, su percepción de la realidad y de las necesidades de nuestro país. En materia de estudio de aves era necesario, según sus palabras, “todo un batallón de ornitólogos de campo” que, como sucedía desde hacía tiempo en otros países de Europa y Norteamérica, fuera capaz de llevar a cabo a gran escala y de modo voluntario tareas como censar patos en invierno o capturar y anillar aves migratorias. Era la “ornitología de alpargarta” que defendía, que consiguió liderar y que sentó las bases de lo que ahora se conoce como ciencia ciudadana.
Al Prontuario… le seguirían otras importantes publicaciones, como La Ornitología: sus problemas nacionales y generales y la SEO (1955), El nuevo Convenio Internacional para la Protección de las Aves (1956), Migración en aves. Tratado teórico práctico (1966), Aves migradoras ibéricas (1970-1971), La población de las cigüeñas españolas (1981) o el Diccionario de los nombres vernáculos de las aves (1995), entre otras muchas obras.
Firme compromiso con la defensa de la naturaleza
Su labor investigadora y docente se completaba con su compromiso con SEO, de la que fue secretario general durante 20 años. En ese periodo pueden destacarse algunos hitos, como la creación del Centro de Migración de Aves (1957), la publicación del libro Información Española sobre Anátidas y Fochas (época invernal), de su autoría (1964), la organización de las Primeras Jornadas Españolas de Ornitología en Jerez de la Frontera (1968), la constitución en el embalse de Borbollón (Cáceres) de la primera reserva ornitológica de SEO o la creación del Grupo Español de Migración de Rapaces, cuyo fin era el estudio de la migración de las aves rapaces y planeadoras a través del Estrecho de Gibraltar (1972).
“La sociedad tiene una gran deuda pendiente con la figura de Francisco Bernis – apunta Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife-, y uno de nuestros compromisos es conseguir saldarla. Su trayectoria en el mundo de la ciencia y la conservación de nuestro país, y particularmente al frente de SEO/BirdLife, da testimonio de su empuje y determinación para combatir las necesidades que afrontaba la conservación de la naturaleza en tiempos tan difíciles. Ya fuera subido en un tejado anillando cigüeñas, recorriendo la meseta en una motocicleta, de expedición por unas todavía desconocidas marismas del Guadalquivir o en congresos mundiales, Bernis contribuyó decididamente a sentar las bases del movimiento ambiental y conservacionista internacional. En la organización que él creó nos esforzamos cada día por mantener vivo ese legado”.
Aves para admirar y respetar
Para el naturalista y escritor Joaquín Araújo, una de las personas que más le trató, “Francisco Bernis mantuvo dos excelentes amistades con lo que, todavía hoy, resulta demasiado escaso en nuestra sociedad. Cuando él las cultivó eran extremas rarezas. Afinidad, primero, con la multiplicidad de la Natura, esa que potencia la curiosidad, el estudio y que desemboca en uno de los conocimientos más cruciales: los relacionados con la vivacidad. La segunda fue esa sintonía que le llevó a emprender uno de los viajes más hermosos y comprometidos. El que a veces, solo a veces, nos lleva a lugares cercanos a la sabiduría. Comienza cuando te percatas de que lo aprendido o sentido nada es si no lo compartes. Por eso Bernis se hizo catedrático y enseñó durante decenios en el marco del tantas veces encorsetado sistema educativo español. De ahí que añadiera, para nuestra delicia, la condición de maestro de ornitólogos aficionados. Socializó al máximo una disciplina científica al crear la SEO, hoy SEO/BirdLife. A través de la misma y de sus adheridos proyectó hacia sus coetáneos y sucesores una de las más necesarias rectificaciones históricas: las aves dejaron de ser solo para la cazuela para ser también, y sobre todo, para la admiración responsable y respetuosa del primer y mejor fundado ecologismo”.
SEO/BirdLife, como homenaje a uno de sus grandes fundadores instauró en 2004 los Premios Francisco Bernis a la Conservación de la Naturaleza, que han obtenido algunos de los más ilustres científicos y divulgadores de España. Además ha bautizado con su nombre el Centro Ornitológico que gestiona en El Rocío (Huelva). En los próximos 12 meses, la organización realizará diferentes actividades para conmemorar el centenario.
El misterio de las aves para Bernis
Cuando el ciudadano de la gran urbe huye hacia la naturaleza con ánimo de observación y disfrute, no es difícil que centre su atención en aquellos animales que, como las aves, ofrecen la máxima atracción, tanto por su frecuencia y variedad, como por su movilidad y belleza. Al deleite visual de la amplia gama de figuras, plumajes y coloridos, estos seres aportan también muchas veces el goce musical de su canto. Pero lo que más conmueve de las aves en la persona de espíritu abierto y observador es, quizá, el drama de su compleja vida, su peculiar biología, llena de curiosidades y misterios (Francisco Bernis en el volumen III sobre las aves de la “Historia natural de Marín” (1975).