El Ayuntamiento de Vitoria ha retirado el campo de entrenamiento de golf de Gamarra tras cuatro años de obras y polémicas. Se barruntaba hace tiempo que esas torres y redes gigantescas mirando al Zadorra en plena senda del Anillo Verde de Vitoria, no podía tener otro final. Se han hecho mal las cosas. Alguien se empeñó en continuar adelante sin contar con los distintos informes de la Diputación y del Gobierno vasco de que no se podía construir un campo de golf en ese lugar. Ha vencido el sentido común que en este caso es un amigo del visón europeo y la nutria a los que se debe mucho más de lo que se cree en la conservación de los espacios naturales que rodean Vitoria. La pérdida de 1,2 millones de euros tampoco es baladí y demuestra que si alguien se empeña en seguir por el mal camino, lo pagamos todos. Que todo el mundo tome nota. Hace unos años esta decisión no se hubiera podido tomar. Hubieran primado los intereses de quien había visto el negocio en el asunto. Bien por los servicios medioambientales del Ayuntamiento y la Diputación que no han cejado en presionar porque sabían que tenían razón. Es una buena noticia para la Green Capital, porque demuestra que los valores ambientales pueden estar por encima a pesar de la crisis.