El Gobierno vasco ha aprobado un decreto por el que se declara la Iglesia de Santa María en Moreda de Álava (Álava) como Bien Cultural Calificado, con la categoría de Monumento. El Departamento de Cultura la inscribirá en el Registro de Bienes Culturales Calificados, adscrito al Centro de Patrimonio Cultural Vasco.
El decreto en el caso de esta maravillosa iglesia viene justificada por la necesidad de preservar los valores ambientales, estéticos y visuales del entorno de la iglesia, ya que, dentro de la estructura urbana de la villa, forma parte del entorno urbano en que se ubica ocupando un lugar destacado sobre la cima del cerro. La debida protección y puesta en valor del bien implica la protección de espacios adyacentes a la iglesia, sin los cuales no se entiende su carácter ceremonial originario, la unidad del propio conjunto y su inclusión en la trama urbana. Por ello, esta delimitación incluye no sólo la edificación de la iglesia propiamente dicha, sino también el entorno que la rodea.
La iglesia de Santa María de Moreda presenta una estructura en la que se superponen diversas etapas de construcción del templo. A la primera época se le atribuyen los restos de una iglesia anterior a la actual, probablemente medieval; a la segunda, S. XVI, la construcción de la nave actual con sus dos tramos abovedados, incluida la portada y el coro; una tercera fase correspondiente con el remate de la torre; por último, a finales del S. XVII y principios del S. XVIII, la construcción de la cabecera, el crucero y las pinturas murales. Las modificaciones que se realizan posteriormente no afectan a la fisonomía general del templo.
El templo, de fábrica de sillería, presenta planta de cruz latina con dos tramos de nave, crucero, cabecera y torre anexa situada a los pies de la nave. Se encuentra edificada, posiblemente, sobre los restos de una edificación anterior. En el interior de la nave se levantan los contrafuertes y paredes en arco apuntado donde se ubican ventanales de transición del gótico al renacimiento, recientemente restaurados. A este respecto, se observan algunas ventanas góticas geminadas y con arcos trilobulados. El crucero se remata con una cúpula de media naranja apoyada sobre pechinas y, en sus lados, con bóvedas de arista que, al igual que la capilla mayor, se encuentra decorado con pinturas.
La torre es de planta cuadrada, de sillería, con dos cuerpos y fue construida, en su mayor parte, con la parte inferior del templo. Su cuerpo superior presenta los arcos de las campanas y está rematada con una cúpula de media naranja.
El acceso a la iglesia se realiza a través de una portada de estilo plateresco de entrado el siglo XVI. Dos grandes columnas estriadas con capitel corintio sostienen el arquitrabe sobre el cual se eleva un frontón triangular con la figura del Padre Eterno rematada con tres jarrones estilizados. Este conjunto presenta un dintel en arco, sobre pilastras, ornamentado con grutescos. El friso corre entre el arquitrabe y el frontón de cabezas de ángeles.
En el interior, se encuentra el coro, sobre un arco escarzado, construido en la segunda fase. Dispone de una bóveda inferior de estrella con trazos curvos y claves lisas. Posteriormente, en 1801 se le añadió la baranda actual de hierro. La Sacristía es de planta rectangular con techo de cúpula oval rebajada.
En el Oeste del templo existe un cuerpo exento de tres arcos de herradura de una posible construcción anterior, perteneciente a una antigua ermita de la zona.
Hasta aquí el decreto y la declaración. Siempre me ha sorprendido la inmensa riqueza de las iglesias de la Rioja Alavesa aunque el pueblo sea muy pequeño. Es lo mismo que se ve en el resto de la provincia pero elevado a la enésima potencia. El día que la vi me quedé deslumbrado por su barroquismo, por su color. Tiendo al románico y al gótico por su simpleza, por su sencillez, pero reconozco que el barroco te puede embobar porque es sofisticado y generoso en la creatividad y el talento de los artistas. Si no conoceis esta iglesia id a verla alguna vez, quedaos en silencio y admirad el arte y el amor que se han dejado en sus muros los artistas y la fe del pueblo. Además encahaja como un guante en el casco urbano de Moreda.