Hace unas semanas EL CORREO publicó una ligera guía de cuevas -ermita de Álava en un reportaje dominical. Una de las cosas que no aparecieron fueron las espectaculares fotos de los paisajes que se veían desde esos lugares sagrados. Si Dios está, mejor, pero si no está o no se le encuentra ese día, la naturaleza brinda un momento místico. Los paisajes en cada rincón son asombrosos. Voy a tratar de asomarme poco poco a todos ellos y empiezo con este de San Román de Campezo que me pellizcó el estómago.
Está situada en el parque natural de Izki a los pies de la peña del mismo nombre, de San Román. Una verja impide el paso, pero conmueve ver la sencillez de la cueva donde un día vivió un ermitaño, el crucifijo y la imagen del santo detrás. Está a 30 minutos del pueblo por un sendero estrecho de los de antes. Para evitar perderse es mejor preguntar a los vecinos. Quejigos y hayas en competencia en la vertiente sur del monte se abren para dar paso al senderista. El paisaje desde arriba bien vale la excursión. La sierra de Cantabria, la depresión y el robledal de Izki, la sierra de Codés y esa tierra navarra de setos y cultivos que se mete en la Montaña alavesa.
«Todavía se juntan unas trescientas personas y celebramos tres veces al año la misa. En San Miguel, por ejemplo, se organiza un día de fiesta formidable con música y zurracapote. Para los que somos del pueblo significa mucho porque ha sido así toda la vida», explica Rosa Maestre Ochoa.
Para acercarnos a San Román, en plena Montaña Alavesa, y a la cueva he tomado el texto del siguiente link que paso a paso lleva hasta la ermita
La Ermita, Peña y Muela de San Román de Campezo
Aparcamos el coche al lado de la Iglesia de San Román, ya que la ruta comienza en el lateral izquierdo de la iglesia, en donde un poste nos indica que por allí se inicia la ruta de la Senda San Román (nº 2 del Parque de Izki). Iniciamos el camino siguiendo dicha senda que se encuentra llena de maleza y no parece que se use demasiado. Tras recorrer apenas 150 metros, ¡ojo¡ nos debemos desviar a la izquierda por una senda totalmente oculta por las hierbas y arbustos, la única indicación que nos puede orientar es la presencia de una piedra de tono blanco bastante grande a la izquierda, desde la cual, ascendiendo ligeramente entre la vegetación, logramos encontrar ya la estrecha senda marcada en el terreno que empieza a ascender en dirección noroeste entre los quejigos, haciendo zig-zag y ejerciendo de arroyo cuando llueve. Es la antigua senda utilizada por los lugareños para ascender a la Ermita de San Román, por lo que se encuentra semioculta entre la maleza del bosque, algo que hace más emocionante la ascensión.
Avanzamos unos 300 metros siguiendola sin problemas en dirección noroeste, hasta que esta gira bruscamente a la derecha en dirección noreste permitiéndonos contemplar la Muela Seguimos en dirección noreste hasta que llegamos a una pequeña pedrera y a las típicas señales de las sendas de Izki, un poste con un punto amarillo, allí debemos volver a girar en dirección noreste y desechar la senda que continúa el sentido de la marcha que traíamos. Avanzamos unos 60 metros y la senda vuelve a girar hacia el noreste, ya para encararse hacia la Ermita y a los pocos metros nos encontramos con un poste indicador hacia la Ermita de San Román.La senda se acerca a la pared y enseguida nos encontramos con la ermita de San Román, un agujero excavado en la pared cerrado con una verja metálica y que alberga un pequeño altar con la imagen del Santo.
Daros la vuelta y mirad el paisaje. Respirad hondo. Es soberbio. Álava y Navarra mezcladas en un mosaico de cultivos y setos, que según la época del año cambia de color. En medio se ve una balsa. A disfrutar.