En esta vida no es bueno ser el condimento de todas la salsas… Esto es lo que, a mi entender, le pasa al juez Garzón. Le puede su afán de ser protagonista. Afán, que visto lo visto, no le hace ningún bien ni a él ni a la justicia ni a la democracia de este país.
Aunque él no lo crea, Garzón es uno más. Mas que le pese, como todo ciudadano y con más razón si ejerce de juez, sus acciones y actuaciones están subordinadas a la ley.
Ni él ni nadie está por encima del bien y del mal. El que la hace la paga y punto. Yo puedo ser una gran persona durante gran parte de mi vida pero si en un momento cometo un delito… deberé ser juzgado por él… ¿o no?
No busquemos donde no hay. A Garzón, como a cualquier otra persona, se le está juzgando por hechos concretos y tipificados como delitos:
Sin más. Lo demás es pura ideología e intereses en contra o a favor de una causa. Mezclar todo esto con intereses franquistas o antifranquistas no deja de ser una cortina de humo.
Al final, lo triste de todo esto es que hemos vuelto a resucitar a Franco… Qué pesadilla, que perdida de tiempo… que si tú eras de tal bando o del otro, que si tu abuelo fue capitán, rojo, nacional, gudari, corneta…
Sinceramente, me importa más bien poco. Yo soy de la transición y de la democracia. A mi Franco, Azaña, Espartero, Leovigildo, Fernando VII e Isabel la Católica me la traen al pairo… A mi me interesa un historia que construya y que, fundamentalmente, no destruya! Una memoria histórica que nos enseñe a no repetir en vez de una que nos enseña a resentir y agredir…