¿Están perdiendo la cabeza o es que quizás nunca la han tenido? ¿Son simplemente artistas o catedráticos conocedores de la historia contemporánea, la política y los derechos humanos?
No sé si a vosotros os pasará pero yo ya estoy cansado de escuchar a una gran mayoría de artistas españoles que cada vez que hablan sientan cátedra. Deben ser muy listos o muy tontos… porque como dice el dicho… “callar es de sabios”
Estos días esta siendo el turno del actor Willy Toledo y su visión democrática de Cuba. Para él, la diferencia fundamental entre Aminatu Haidar y su huelga de hambre y la muerte del disidente Orlando Zapata está en que “Aminatu Haidar es una defensora y luchadora por los derechos humanos, pacífica, que ha cumplido años y años de desapariciones y torturas, probablemente violaciones, (…) y este señor que ha muerto por una huelga de hambre en Cuba era un delincuente común, ni siquiera era un disidente político”.
Según el catedrático de Historia Contemporánea, Willy Toledo, esos “presuntos disidentes” encarcelados “son gente que ha cometido actos terroristas contra el Gobierno cubano, actos de traición a la patria y un montón de delitos”. “No son simples disidentes ni prisioneros políticos”
¿La diferencia no estará en hay gente tan estúpida que no sabe diferenciar entre una dictadura y un gobierno democrático de izquierdas?
Esto nos pasa por idolatrar a cierta gentucilla con cejas muy características…
¿Son Willy Toledo, Almodóvar, Miguel Bosé, la Bardem o Amenábar doctos en alguna otra materia que no sea el cine o la música? ¿Por qué entonces hablan de cultura, religión, educación, política, o lo que sea, como si fueran auténticos catedráticos?
¿Saben o piensan más que tú o yo por el hecho de ser, en teoría, ‘buenos’ directores de cine o cantantes? También hay buenos matemáticos, buenos profesores, buenos panaderos, buenas médicos, buenos periodistas…
No me parece de sentido común que en un país en donde hay muchísimos catedráticos, doctores y licenciados, siempre se busque y destaque la opinión de artistas en temas que, en principio, no tienen ni puñetera idea.