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Jon Martinez

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Declaración de Manhattan. Un llamamiento a la conciencia

Más de 150 personalidades de las tres confesiones cristianas de EE.UU. (ortodoxos, católicos y evangélicos) firmaron el pasado 20 de noviembre la Declaración de Manhattan, un documento en donde se llama a los cristianos estadounidenses a no abdicar de sus convicciones en los debates públicos sobre la vida, el matrimonio, la libertad religiosa y la objeción de conciencia.

Un documento que, en mi opinión, pudiera ser también un exhorto a todos las personas, creyentes y no creyentes, que vivan en Europa, Asia, Africa, Australia o América.

El documento hace especial hincapié en la sacralidad de la vida humana desde su concepción hasta la muerte, en la dignidad del matrimonio como unión conyugal del esposo y la esposa, y en los derechos de conciencia y libertad religiosa. Para los firmantes, son verdades “fundamentales para la dignidad humana y el bienestar de la sociedad” y, por tanto, son “inviolables y no negociables”. Son derechos y verdades que van más allá de ser creyentes o no creyentes.

La declaración ha sido lanzada en un momento crítico para la sociedad y la política de los Estados Unidos, debido al proyecto de reforma de atención sanitaria que quiere llevar a cabo la administración de Barack Obama y en donde se pone en peligro la vida humana desde la concepción y el derecho a la objeción de conciencia. ¿No os suena a algo? ¿No estamos ante un situación similar?

Estas son algunas de las afirmaciones recogidas en el texto:
En relación a la vida humana, los firmantes alertan de que “las vidas de los no nacidos, de los discapacitados y de los ancianos están cada vez más amenazadas” con la expansión de prácticas como el aborto, la investigación que destruye embriones, el suicidio asistido y la eutanasia. “A pesar de que la protección del débil y vulnerable es la primera obligación del gobierno, hoy el poder del gobierno está frecuentemente enlistado en la causa de promover lo que el Papa Juan Pablo II llamó “la cultura de muerte”.

El matrimonio es la institución originaria y más importante para sostener la salud, la educación y el bienestar de todos”. “La institución del matrimonio, ya herido por la promiscuidad, la infidelidad y el divorcio, está en riesgo de ser redefinido, y por lo tanto, trastornado”.

“La libertad de religión y los derechos de conciencia están gravemente en peligro. La amenaza a estos principios fundamentales de justicia es evidente en los esfuerzos por debilitar o eliminar la objeción de conciencia para los profesionales y las instituciones de la salud, y en las disposiciones antidiscriminatorias que son usadas como armas para forzar a las instituciones religiosas, de caridad, negocios, y proveedores de servicios el aceptar (y hasta facilitar) actividades y relaciones que juzgan inmorales, o que van más allá del negocio. Los ataques a la libertad religiosa son serias amenazas no sólo para los individuos, sino también para las instituciones de la sociedad civil”.

El último capítulo está dedicando a lo que se considera como ‘Leyes injustas’, es decir, aquellas que pretenden que hagamos lo que es injusto o inmoral. En este sentido, tras elogiar las virtudes del sistema democrático, la declaración recoge una rotunda y coherente afirmación: “No nos dejaremos reducir al silencio o a la aceptación sumisa o a la violación de nuestras conciencias por ningún poder en la tierra, sea este cultural o político, sin importar las consecuencias que esto pueda tener para nosotros”. “Daremos al César lo que es del César, en todo y con generosidad. Pero bajo ninguna circunstancia le daremos al César lo que es de Dios”.

Más información:
http://www.manhattandeclaration.org/

Por Jon Martínez

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