Últimamente, me estoy dando cuenta de que soy un tipo un poco raro: soy joven, católico practicante, y de derechas. Ah! Por si alguien ya está pensando mal, no suelo votar al PP. ¿Y qué pasa si lo hiciera?
Lo de pensar mal, lo digo porque, a día de hoy, en Euskadi está muy mal visto eso de ser ‘pepero’…, no? Haz la prueba. Pregunta en tu trabajo si alguien votó al PP en las últimas elecciones vascas. Nadie te dirá que sí. Pues bien, obtuvo un montón de escaños y miles de votos…
Católico y, encima, practicante, ni te cuento… Joder, qué tío más raro…
Ahora lo que se lleva es ir en contra de todo lo que diga la Iglesia y el Papa… Si no, te califican de retrogrado, conservador, irrespetuoso, rancio, … Según dicen, somos cosa del pasado que vamos en contra de la ciencia y el futuro.
Pues bien, yo pienso que no hay nada más progresista que defender la vida, los valores de siempre, luchar contra el aborto y la eutanasia, defender el matrimonio entre hombre y mujer para siempre, ayudar a los necesitados, etc. Por cierto, cuestiones todas ellas, defendidas por millones de personas independientemente de su religión y condición ideológica.
Y de derechas? Sí, también. Estoy a favor de una economía libre, siempre y cuando garantice las necesidades mínimas de todos los ciudadano, los servicios públicos y la propiedad privada; de la vida; de una educación libre no monopolizada por el estado; de los derechos humanos…
Si les soy sincero, les recomiendo probar. Yo estoy encantado.