Plaza de garaje tiene desde hoy un nuevo contenido. Inauguramos la sección ‘El coche de la semana’, en la que Manu Cortés probará las últimas novedades llegadas a los concesionarios. Hoy, os invitamos a subir al Nissan Pixo. ¿Muy pequeño? No tanto.
Vocación urbana
Las difíciles condiciones económicas y una creciente preocupación por las cuestiones medioambientales han llevado a los consumidores a decidirse cada vez más por coches con un bajo nivel de consumo y emisiones; y con un precio que les resulte accesible. El nuevo Nissan Pixo ha sido concebido para adaptarse a esas exigencias. Con una cifra de consumo medio de 4,4 litros, 103 gr/km de CO2 (no paga impuesto de matriculación) y una gama sencilla, se presenta como un coche que se amolda perfectamente a los tiempos que corren. Además de sus cualidades ecológicas, destaca también por su tamaño –en el habitáculo pueden acomodarse cuatro adultos con su equipaje– y su equipamiento de serie. Su motor, de un litro y tres cilindros, ofrece un correcto nivel de prestaciones para uso urbano.
El Pixo está lejos de ser un microcoche. Mantiene una medidas lo bastante compactas, para comportase ágilmente en la ciudad, pero tiene cuatro puertas de gran tamaño para facilitar la entrada. Mide 3,56 metros de largo por 1,47 de alto y 1,60 de ancho y pesa alrededor de 855 kilos (dependiendo del acabado), lo que le convierte en uno de los más ligeros del segmento. El maletero, de 129 litros con todos los asientos en su posición, alcanza los 367 al abatirlos. Pese a compartir muchas de las piezas de la carrocería con su equivalente en Suzuki (el Alto, fabricado también en India), Nissan ha incluido numerosos elementos de diseño propio. La diferencia más notoria es la adopción de un frontal con la tradicional parrilla de dos secciones y seis agujeros a ambos lados de una parte central en forma de U, donde se ubica el logotipo de la marca. Los faros –inspirados en los Note y Qashqai– tienen en la parte superior un saliente fácilmente visible desde la posición de conducción, que ayuda a tener referencias visuales a la hora de aparcar.
Para contrastar con el color de la carrocería, se ha pintado de negro el ancho parachoques sobre el que se ubican las luces y que está integrado en un voluminoso spoiler que incorpora a su vez la toma de aire inferior. La línea de la cintura se eleva en la parte trasera donde sigue el trazo hacia arriba de la ventanilla posterior, haciéndolo parecer más dinámico. Todo ello queda acentuado por otra línea inferior en paralelo que enlaza los dos pasos de rueda. Las ventanillas delanteras son convencionales, mientras que las traseras disponen de una apertura tipo compás. En la parte trasera las protecciones también son negras y abarcan toda la anchura del coche. El exterior se completa con los embellecedores de las llantas de 14 pulgadas, con brazos dobles que recuerdan a las de aleación. En el salpicadero, un único instrumento redondo frente al conductor da cabida al velocímetro y una pequeña pantalla digital para el nivel de gasolina y los cuentakilómetros total y parcial.
Incorpora asimismo una consola central con un equipo de audio y los controles de la calefacción. El aire acondicionado –opcional– dispone de un filtro antipolen. Existen varios espacios de almacenaje con una guantera delante de la posición del acompañante y un portalatas junto a la palanca de cambios. Los asientos, tapizados en tela, son más anchos de lo habitual en el segmento y se benefician de cojines más mullidos. El chasis utiliza un esquema McPherson para la suspensión delantera y un eje trasero rígido con tres brazos. La dirección asistida eléctrica es de serie y facilita un diámetro de giro de sólo 9 metros, mientras que el sistema de frenos está compuesto de discos en el eje frontal y tambores atrás. El control electrónico de estabilidad es opcional. La única motorización disponible se compone de un bloque 1.0 de origen Suzuki fabricado todo en aluminio, con culata de 4 válvulas por cilindro, que desarrolla 68 CV a 6.000 vueltas. La versión con cambio manual de cinco marchas necesita 4,4 litros cada 100 kilómetros. También se ofrece un automático de cuatro relaciones especialmente indicado para quien conduce exclusivamente en ciudad.
Existirán dos versiones diferentes de equipamiento denominadas Visia y Acenta. El nivel de acceso incluye dirección asistida, antibloqueo de frenos, airbags para el conductor y el pasajero, anclajes ISOFIX para sillitas infantiles y lavaluneta trasero. Otros elementos de serie incluidos son la bandeja cubremaletero trasera, el volante ajustable en inclinación y cuatro portalatas, dos en la parte delantera y otros dos en la trasera. La elección del acabado Acenta incluye el acceso sin llave con inmovilizador, un lector de CD compatible con MP3, elevalunas eléctricos, asientos abatibles, faros antiniebla delanteros y manecillas de las puertas y carcasas de los retrovisores exteriores pintados en el color de la carrocería. En materia de seguridad pasiva, destaca la inclusión de los airbags laterales. Las principales opciones incluyen el ESP, el aire acondicionado manual, los airbags de cortina, las llantas de aleación y la pintura perlada. La garantía del Pixo, es por tres años.