Primero fue el Panamera. Cinco puertas y cuatro plazas reales, nada de 2+2 un poquillo amplias. Surgió el consabido revuelo, como no. En la marca alemana no falta quién teme que, con tanto cambio acaben pasándose de vueltas y desaparezca la esencia de Porsche.

Pueden estar tranquilos. Aston Martin también se apunta a las cinco puertas y por primera vez presenta un Gran Turismo en el que no hay que abatir los asientos para acceder a las plazas traseras. El segundo fabricante de Stuttgart no debería tener tanto miedo; a regañadientes aceptaron un motor diésel para el Cayenne y no les ha ido tan mal.

Pero veamos el Aston Martin Rapide. Llegará a los concesionarios a primeros de año. Ya sé que os da igual. Yo tampoco pienso comprar uno, aunque quizá para primavera podemos ver alguno por la calle. No lo creo, pero soñar es barato. Él, no. El equipo de sonido es Bang & Olufsen y sólo los neumáticos traseros 295/35 R20 valen más de lo que podemos permitirnos. No aguantarán más de 10.000 km…

Vamos a darnos una vuelta por él

Precioso, ¿verdad? Por tener algún dato técnico:

-Ruido; poco. Un motor V12 de 48 válvulas a penas se oye al ralentí. 5935 centímetros cubicos para un bloque hecho a mano en las instalaciones de Magna en Austria. Magna, sí. Los que han comprado Opel. Esa gente se viene dedicando a fabricar coches, casi todos de lujo, para otras marcas.
-Respuesta inmediata. 600 Nm de par máximo a 5.000 rpm. Si sus 350 CV te parecen poco, con este par te daría la sensación que el respaldo del asiento te va a romper la espalda cuando acelera a tope. Tracción trasera, no hace falta decirlo.
-Rápido. Se espera (todavía no hay pruebas oficiales) que alcance los 303 km/h. A 100 se pone en 5.1 segundos.

Disfrutadlo.