El de la foto es Carlos Díaz. ¿No os suena? Yo acabo de saber de él, pero creo que merece la pena escuchar lo que tiene que decir. Este vecino de Vélez-Málaga ha inventado un sistema que alerta a los conductores cuando se dejan olvidado al hijo en uno de los asientos de coche.
Siempre me ha parecido imposible que se pueda aparcar y abandonar el vehículo sin darnos cuenta de que hay alguien dentro, pero como no lo es, quizá todos los automóviles deberían incorporar su propuesta. “Es barata y fácil de desarrollar”, asegura.
Su idea es colocar bajo los asientos traseros y en las sillas homologadas para los niños una serie de sensores de presión que hagan saltar la alarma del coche si se activa el cierre centralizado. Canta “tanto si nos hemos dejado al niño en la sillita como si se trata de una persona mayor o impedida, que también podría fallecer si permanece mucho tiempo en un vehículo cerrado y expuesto además a altas temperaturas”.
Díaz tiene 31 años y es agente inmobiliario. Se entiende que tenga tiempo de pensar en estas cosas. Ante las noticias de las muertes de bebés, la idea comenzó a darle vueltas por la cabeza “y me puse en contacto con un amigo ingeniero, que ha sido el que ha desarrollado mi idea”, reconoce.
La patente la lograron en febrero y ahora intentan venderla a alguna marca comercial. Coño; ya entiendo porque acabamos de saber de él.