Rara vez veréis a un sueco quejarse del frío. De hecho, no suelen tenerlo y no es por una extraña mutación genética producida en su organismo por siglos de exposición a temperaturas extremas. Es mucho más sencillo, se abrigan. Lo mismo ha hecho Ford, que vio mucho antes que sus competidores la cercanía de la crisis. Se preparó para capear el temporal y, ahora, nos sorprende con unos beneficios, en el primer semestre de 2009, de 834 millones de dólares.

No es que el fabricante de Detroit coloque más coches que la competencia; las operaciones relacionadas con la venta de automóviles dan un saldo negativo de 1.1019. Sí, que han perdido más de mil millones, pero queda más fino eso de “saldo negativo”.

Algunos dirán que se trata de ingeniería financiara. Los números cuadran por la fruto de partidas especiales relacionadas con la reducción de la deuda, pero algo tendrá que ver la gestión de sus dirigentes, ¿no? General Motors y Chrysler cuentan con economistas igual de ‘bien’ preparados y sólo se han escapado de la quiebra gracias a las decenas de miles de millones de dólares que les ha regalado san Obama. Exacto, regalos que pagan el resto de estadounidenses. Yo, de mayor, también quiero ser presidente y firmar cheques que cubren las cuentas de los contribuyentes.

Lo importante, para Ford y para el mundo (cuanto mejor le va al césar, menos sufrimos los esclavos), es que para 2011 la marca espera distribuir unos 11 millones de vehículos. No está mal, auque no hace tanto conseguía vender 18 millones al año. Por cierto, este año ya han ganado cuota de mercado a sus competidores. Pregunta. ¿cuál es el único fabricante de Detroit que lleva años apostando por los coches pequeños y con bajos consumos?