Sabíamos que nunca llueve a gusto de todos, lo irónico es que pueda granizar en beneficio de algunos. Ayer, algunas zonas de Vitoria volvieron ha cubrirse de blanco. En el párking de San Martín, por ejemplo, no se libró ningún vehículo. Cada parabrisas tenía su papelito. He preferido borrar el nombre y el contacto de la empresa que ofrecía sus servicios, pero no os será difícil dar con ellos, o con cualquier otro que pueda reparar vuestro abollado coche.
No es consuelo, pero al menos alquien le va a sacar un pellizco al pedrisco.