Si alguna vez juega al 1,2,3.. nunca realice la siguiente pregunta: “Por 25 pesetas la respuesta díganos nombres de coches que salen en una película, como, por ejemplo, el Dodge de ‘Operación Ogro’. Un, dos, tres responda otra vez”. La lista sería interminable.

Eso sí, es posible que a cada persona que le pregunte inicie la relación por un modelo diferente. Pocos lo harían por el Dodge 3700 GT (comúnmente llamado Dart) que voló en la calle Claudio Coello de Madrid el 20 de Diciembre de 1973; lo más probable es comenzar por alguno de los preciosos Aston Martin de 007, pero convendrán conmigo que si hay un coche que ha marcado una película, incluso la carrera de un actor, ese el el Ford Mustang GT-390 que saltaba por las cuestas de San Francisco en ‘Bullit’. Difícil no asociar la imagen de Steve McQueen a este indomable pura sangre.

Lo que les propongo, cada viernes, es que juguemos a engordar una lista de coches de película. Y para abrir boca nada mejor que una comparación, un homenaje a la que dicen es la mejor persecución jamás rodada (otros se decantan por ‘El mito de Bourne’ y ‘Matrix Reloaded’). A mi me gusta la de ‘Ronin’, pero vamos al tema.

En ‘Bullit’ (1968) disfrutamos de la batalla entre el Mustang Fastback del teniente Frank Bullit y el Dodge Charger con el que los malos (ese secundario sin nombre tan necesario) intentan escaparse. Hace ya tres años, unos redactores del Times Online enfrentaron ambos coches en el circuito de Silverstone para demostrar que es imposible que el Ford pueda echar mano al monstruoso 440 Magnun. Aguafiestas. Pero qué más da, el Mustag siempre nos hará sentirnos libres. Además, ¿desde cuándo nos creemos lo que vemos en el cine?

El GT- 390 es un modelo de 1965 propulsado por un atronador V8 de 325 CV que aceleraba de 0 a 100 en 6,3 segundos. Cuando se estrenó el filme se vendía, y se vendió bien, por casi 3.000 dólares de la época.

El V8 del Charger, ruge más, tiene más cilindrada (7 litros), más potecia 375 CV y sobre todo un par más elevado 650 Nm frente a los 578 del rebautizado, y reconstruido en 2001, Bullit. Lógicamente era más caro: 3. 500 dólares.

Para que veáis, más bien escuchéis el espectáculo.