La noticia es de hoy. Un conductor de Porsche ha muerto mientras probaba un nuevo prototipo en una autopista de Alemania. El piloto, de 51 años de edad, y con 25 de experiencia ha perdido el control del vehículo, camuflado en un 911 descapotable, estrellándose contra la mediana. Según la compañía, en ese momento no testaba la velocidad máxima del bólido.
Esto me ha hecho recapacitar. ¿Por qué no probaba el coche en un circuito? Me parece lógico que los nuevos diseños circulen por las carreteras antes de llegar a los concesionarios, pero ¿es necesario ocultarlos en la carrocería de otro modelo anterior?
Supongo que sí. Del mismo modo que los banqueros se disfrazan de mendigos para pedir dinero al Gobierno, los fabricantes de superdeportivos esconden sus nuevas creaciones con la piel de antiguos ingenios para que nadie se los copie. Claro que no se yo quién podría igualar la producción de Porsche y reducir sus costes.
¿Se compraría usted un plagio del Boxster al mismo precio y sin poder lucir la insignia de la marca? Yo, la verdad no. Ni la réplica, ni el original; no me llega. Quizá ahora que llega el carnaval, alguien se confunde y al ver mis habituales harapos piensa que soy un banquero en horas bajas.
Peor suerte ha corrido sin duda nuestro piloto de pruebas. Lo que nadie negará es que el último cuarto de siglo, cruzando la noche a más de